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ANGELINE

Ha pasado un mes desde que prácticamente me secuestró y me sacó de mi familia. No tengo ni idea de lo que está pasando allí, cómo están, o si ya se han olvidado de mí. Me desperté con una de las empleadas de Henrique llamándome.

— Buenos días, señora, el señor Henrique manda que se arregle — miré el reloj que marcaba las 9 de la mañana. Me levanté y me arreglé. Entré en su despacho.

— Buenos días, Henrique, ¿qué quieres? — me senté en la silla y él me miró.

— Buenos días. — él me mira — Nos casaremos hoy — tragué saliva intentando entender.

— No… yo… — él me interrumpe.

— Tú no tienes nada que decidir. Tú ahora eres mía y solo dejarás de ser mía cuando estés muerta — un hombre entra en la sala — Aquí tienes — pone unos papeles en el centro de la mesa. Firmé los papeles de la boda bajo amenazas y con mucha tristeza. Henrique me lanza una mirada de satisfacción, retrocedo y salgo de la sala.

— ¿A dónde vas? — me agarra de los brazos — Tenemos que celebrar nuestra boda. Te t