Mientras que Alberto estaba fumando tocando su guitarra, aún estaba triste por como Miranda lo había tratado y gritado que no lo amaba, lloraba en silencio ante el rechazo que recibió de parte de Miranda, pero él, la seguía queriendo ese corazón tan terco y loco que no sé daba por vencido él toma el teléfono y llama al departamento de ella quien se encontraba sola en estos momentos tomando una taza de vino contestando aquel teléfono.
― ¿Bueno? ― respondió Miranda dejando la taza de vino.
― Miranda ― decía Alberto sonriendo, por lo que Miranda rueda los ojos fastidiados.
― Que es lo que haces … ― respondía Miranda en un tono de fastidio.
― Llamándote ― respondía Alberto de vuelta, por lo que ella bufaba molesta.
― ¿Para qué? ― preguntaba Miranda enojada.
― Para decirte que te amo, para decirte que no puedo vivir sin ti Miranda ¿Tan difícil de creer es? ― preguntaba Alberto desesperado por lo que Miranda reía maliciosamente.
― No tan difícil de creer, no es difícil ¡¡Es que no te