—Sí, lo sabía —me mira sorprendida y sonríe.— ¿Y por qué no me dijiste? —la mira molesto, ella rueda los ojos.—Porque no lo vi necesario —le sonríe.— ¿Es necesario que vayas?, tu familia está aquí —tomo un sorbo de mi copa y acaricio la mano de Michel.—Es necesario —digo, la miro y ella asiente —su lugar es al lado mío.—Pero aquí está tu familia —dice Bratt y ella me mira.—Mocoso, hermanito querido, tienes que entender que mi familia ahora es Brayiam y que si él va a la China mi deber como su mujer es ir con él. —Eso me gusta, mi mujer, sonrío. —Además Alemania es como mi país, tú lo sabes —asiente. —Mira, te prometo que te llamaré y que cuando pueda visitarte lo haré y tú a mí. Nada va a cambiar cierto amor —me mira y sonríe, que bella sonrisa tiene.—Sí, nada va a cambiar —le aseguro, me sonríe y me da un beso en la mejilla.—Bueno, los dejo para que charlen a solas, voy a ver cómo va la cena. No quiero que mi hermanito se intoxique y mi querido me deje por dejarlo morir de ha
Tomo un sorbo de mi copa de vino y él también lo hace, ninguno de los dos dice nada, solo me observa y yo a él. Le sonrío, juego con todas mis armas, mi cuerpo, mi cara, mi cabello, lo estoy seduciendo.—Me retiro ahora señor Grosbfiab —se levanta del sofá y me mira.—Yo también —dice y subimos las escaleras en silencio, observa mi trasero y aprovecho para moverlo. Al llegar a la puerta de mi habitación me detengo ante ella.—Que pase una buena noche señor Grosbfiab —le digo. —Pensé que… —dice confundido.—Que íbamos a dormir juntos —termino la oración. —No, aún no se lo ha ganado.—Claro que sí, con todo lo que he hice hoy. Recuerda que dijiste que me ibas a dar lo que quisiera —me dice y mira mi cuerpo.—Te estoy dando algo mejor, una oportunidad… pero si quieres dormir aquí está bien —abro la puerta.—No —se apresura y sonrío —digo, si quiero dormir contigo pero lo de la oportunidad me suena —dice seductoramente y me acerco.—Le diré un secreto, pero no le diga a Brayiam, él es al
Estoy acostada en el césped y respiro aire fresco mientras escucho la canción “Hey Mama”. Puedo sentir los rayos del sol en todo el cuerpo, siento como entran por mis poros y cierro los ojos, de repente me arrebatan los auriculares, me quejo y aún sigo muy relajado sin percatarme completamente de lo que sucede.— ¡Maldita! ¿Dónde estabas? —Abro los ojos desorientada, ¿Qué le pasa ahora? ¿Que hice? me quito las gafas y veo a Brayiam rojo de la furia y con el ceño fruncido.— ¿De qué hablas? —Le pregunto confundida y caigo en cuenta de lo que me dijo — ¡Maldito eres tu imbécil! —digo y lo empujo, tomo mis cosas y las guardo en el bolso.— ¿Dónde estabas? —me pregunta furioso y camina hacia mí, me está dando miedo.— ¿De qué me hablas? —lo miro enojada.— ¡No me mientas, me dijeron que te vieron salir con un bolso! —Me toma fuerte de los brazos y me va a golpear, cierro los ojos con fuerza, me tira y caigo en el césped, veo que viene lleno de ira hacia mí. — ¿Me quieres dejar? —Su actit
— ¿¡Todo está bien!? —susurro, pero suena más como una pregunta que como una afirmación, me besa en los labios delicadamente.—Todo va a estar bien —lo miro y me da miedo, ¿Cómo alguien puede tener cambios de personalidad tan rápido? Me abraza. —Entremos ¿sí? —dice pero no contesto nada, lo miro con asco. Lo abofeteo fuerte, de su labio sale sangre, me mira y lo vuelvo a abofetear.— ¡Estas enfermo! —le grito, me mira, yo lo miro sería y me abraza.—Ya paso, todo está bien —me susurra, me separo de él y trata de abrazarme.—Esto no te lo voy a perdonar Brayiam Grosbfiab —le aseguro y lo miro a los ojos, miro mi bolsa, la recojo y tiro las cosas en sus pies para que las mire. —Según tú me voy a largar de aquí con un libro, un bloqueador, unas gafas, una toalla y un mp3, dime ¿Quién te dijo? Déjame adivinar, fue María ¡qué rareza! —río sarcástica —cuando te vas a dar cuenta que no es buena y lo único que quiere es causar distancia y odio entre nosotros y lo está logrando cada vez más —
Me pongo de espalda y tomo mi ropa interior, Brayiam sigue acostado desnudo mirándome fijamente, trato de no mirarlo porque sé que me pondría roja.—Eso estuvo increíble ¿podríamos repetir? —me mira deseoso, tomo mi ropa interior, me volteo hacia él y se muerde el labio.—Eso estuvo mal y no volverá a pasar —digo segura ¿cómo pude hacerlo? Soy una puta, pienso.— ¿Por qué no? —me pregunta y mira molesto, frunce el ceño esperando mi respuesta.— ¿Por qué? —Repito su pregunta y niego —Porque eres una persona descarada ¿crees que todo lo que me hiciste se va a solucionar con un revolcón? —Me río sarcástica —pensé que tenías más cerebro —lo fulmino con la mirada.— ¡Te pedí disculpas! —Dice como si eso bastara y ruedo los ojos. —Además no volverá a pasar, te lo juro, desde ahora confiaré más en ti —me acerco a él para verlo directamente a los ojos. —Si prometes que vas a ser mi mujer cuantas veces lo quiera, así como ahora, sin parar hasta estar agotados —yo lo miro incrédula y me pregunt
Escucho un helicóptero, me imagino que Brayiam ya llegó. Término de arreglarme, me pongo unos jeans ajustados, una blusa pegada al cuerpo y unos tacones, me veo bastante bien. Quiero impresionarlo, no quiero que piense que algo está mal. Bajo las escaleras y veo que abraza a Nana, ella se ve feliz de verlo, lo quiere como un hijo y no entiendo ¿por qué? si es tan malo.—Señor me alegra que este aquí —yo sonrío al ver esa imagen, Nana es muy amorosa, a mí me trata como si fuera su hija, pero con el simplemente es diferente.—Yo también —la suelta y la mira seria. — ¿Mi mujer dónde está? —dice preocupado y ansioso y veo al perro que sale corriendo hacia afuera ¿a este que le paso? Nana me señala, el voltea a las escaleras y me mira a los ojos fijamente, tienen un brillo y una intensidad que me hace sonrojar, bajo las escaleras y camino hacia él, y de repente aparece María, me empuja, se mete en la mitad y lo abraza... Como la odio. Mientras que Brayiam no estaba se creía la reina, la se
Se acerca tanto que me intimida, las puertas se abren y entramos a la habitación, lo veo haciendo llamadas y yo entro al baño, me ducho y me envuelvo en una toalla, luego me pongo la ropa interior y una bata de baño, voy al refrigerador y saco una botella de champán, la abro y me sirvo, necesito pensar con cabeza fría y no hacer ninguna estupidez. Trato de calmarme, tengo que saber cómo mover las fichas a mi favor. Veo que Brayiam entra al baño y yo salgo a la terraza. Miro los rascacielos mientras bebo un sorbo de champan de mi copa. Dios ¿Qué hago aquí? ¿Qué hago con Brayiam? ¿Qué hago con mis sentimientos? ¿Hasta cuándo voy a seguir con esta farsa? ¿Hasta cuándo viviré esta vida? Bebo nuevamente de mi copa y siento unas manos en mi cintura, y un peso en mi espalda, veo a Brayiam detrás de mí, está apoyado en mi hombro.— ¿En qué piensas? —susurra en mi oído y bebo un sorbo de champán. Como puede ser tan bipolar, pienso —me das —le paso mi copa y suspiro.—Es muy bonito este país —
Acaricia mi cuerpo y va bajando a mi trasero. Esto no puede ser, pienso.— ¿Qué haces Brayiam? ¿Qué te hace pensar que nos vamos a revolcar? —me alejo pero me acerca a él a la fuerza y suelto un grito.—Cerremos el trato de esta manera —me besa pero no me convence, aunque me dejo llevar por sus caricias***La veo dormida, después de todo debe estar cansada, hubo mucha acción. Estuve con ella hasta que me canse, más bien hasta que ella se durmió. La dejé agotada. Si fuera por mí, aún seguiríamos con la faena, nunca obtengo suficiente de ella. Es tan bella que me encanta observarla. Tiene el rostro de un ángel, es tan bella que no parece real.—No te vas a ir de mi lado jamás —susurro en su oído, se remueve y sonrío. —Eres mía y de nadie más… —digo firme y beso su espalda —Aunque él y el mundo quiera separarnos jamás te irás de mi lado —le aseguro y ella suspira.Tocan la puerta. Me levanto de la cama, me pongo unos bóxer, abro la puerta y es el perro.—Te tardaste —digo molesto y cier