El señor Edgardo me ayudó a acomodar el refri, me sentía tan realizada en estos momentos
- a qué es muy lindo?-
le pregunté y el empezó a reír
- linda la jalada de pelo que le diste a esa mujer, no creo que vuelva a meterse contigo -
yo le sonreí un poco
- esa era la idea -
le comenté
- ya me voy, te dejo con tu refri, que lo disfrutes mucho -
yo asentí y me despedí de el.
*
en horas de la tarde papá llegó del trabajo, yo había hecho algo de comer y ya estaba todo limpio
- Gabriela! no puedo creer que hayas ido por eso! -
yo llegue a la cocina, abrí mi refri lentamente, serví un poco de agua y de la entregué
- el refri es muy importante!-
papá se tomo el agua y me miro mal
- si ellos se enteran, vamos a tener problemas-
yo negué con la cabeza
- no te preocupes por eso, ya me encargue-
le dije con una enorme sonrisa
- nisiquiera voy a preguntar qué fue lo que hiciste! -
papá se fue y me dejó sola en la cocina, yo saqué un jugo que tenía allí y me lo empecé a tomar.
revise el celular, t