Zero.
Después de practicar un largo rato con la guitarra me dejo caer en la cama, tomo mi teléfono y le envió un sms a Brook, después de todo lo que ha pasado entre nosotros es bueno volver a juntarnos. En ese momento la puerta de mi habitación se abre y Niko entra por ella, mi ceño se frunce al verlo ya que lleva una media sonrisa en el rostro.
— ¿Qué haces aquí? — le pregunto sin comprender como llego aquí, se encoge de hombros y se deja caer a mi lado justo como solíamos hacer.
— esta chica nueva, ¿te gusta? — pregunta sin mirarme y frunzo el ceño
— ¿Brooklyn? — asiente y suspiro
— No lo sé, me siento bien con cuando estoy con ella, pero no sé si me gusta realmente — respondo observando el techo el ríe suavemente y suspira
— es una gran chica Zero, no le hagas daño
— ¿Cómo lo sabes? — el vuelve a reír y se encoge de hombros
— le gustas
— ¿y eso que tiene que ver?
— que solo alguien que puede ver a través de esa coraza fría, insensible y despreocupada que siempre