Capitulo 2

Fabricio obviamente no quería perder demasiado tiempo con Diana. Caminó directamente frente a ella y apretó su brazo y la arrastró afuera. 

Pronto llegaron al hospital, hay un fuerte olor a desinfectante en el aire.

Diana no dijo nada durante toda la inspección. 

Los ojos de Fabricio la miraron con dureza. 

La voz profunda sonó sarcástica al ver los informes médicos —No estás embarazada en absoluto. Entonces, ¿Entonces por qué intentas engañarme? 

Los ojos de Diana estaban rojos y lo miró con indiferencia. 

—Acaso no te dije que era una broma. 

Fabricio apretó los dientes, se acercó abruptamente y apretó la barbilla de Diana y dijo ferozmente— ¡Eso es porque querías ganar tiempo, pero no pensaste si yo aceptaría al niño, ¿querías usar al niño para que no me divorcie de ti? Eres muy maliciosa Diana. 

'Maliciosa, yo', pensó amargamente Diana.

Diana miró a Fabricio con incredulidad y de repente se rió. 

Sintió que su corazón estaba siendo apuñalado uno por uno por alguien que sostenía un cuchillo. 

En un acto desesperado, Diana lo agarró del borde de su camisa y le dijo balbuceante— ¿Alguna vez... tan... solo una vez... me has querido?

—No— fue una respuesta simple— Diana no te aferres a mí, si dices quererme no seas mala y firma el divorcio. 

Ante las palabras de Fabricio, Diana gritó de una manera algo desesperada— ¡Me desechas con mucha facilidad, así como con facilidad perdonas a esa perra que te abandonó por otro hombre…! 

Fue entonces que Fabricio abofeteó con fuerza a Diana en medio del silencioso pasillo del hospital, Ella se cubrió la cara con las manos, solo sintiendo el dolor caliente en su mejilla. 

—Ten cuidado con tus palabras Diana— dijo Fabricio con una mirada enfurecida.

sabía que Fabricio no la amaba, pero nunca pensó que Fabricio sería tan insensible para golpearla. 

—Fabricio— Diana lo llamó y lo miró fríamente— En mis 26 años de vida nunca pensé que podría recibir un regalo de cumpleaños tan único e inolvidable. 

Fabricio estaba un poco atónito, solo entonces se percató que hoy era el cumpleaños de Diana, Así que hoy también debe ser su aniversario de bodas.  

De repente recordó la llamada telefónica de Diana. 

Ella lo llamó para celebrar. 

Fabricio frunció el ceño con fuerza, sin embargo, había decidido romper la relación con Diana por completo hoy, pero no sabía por qué, al ver la tristeza en los ojos de Diana frente a él, estaba inexplicablemente irritado. 

—Diana, ya que no estás embarazada, divorciémonos. 

Diana levantó la cabeza y lo miro con unos ojos negros tan fríos como la noche helada, algo que Fabricio nunca vio en ellos, ella sonrió ligeramente y solo dijo— De acuerdo.

Diana intentó con todas sus fuerzas ser amable con Fabricio como un perro que le menea la cola a su amo, y también se esforzó mucho en complacerlo, haría lo que le gustara a Fabricio.

Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que hiciera feliz a Fabricio, incluso sacrificó su propia felicidad por él.

Pero él nunca la había mirado.

Ahora estaba cansada, dejó de soñar y aceptó su realidad.

Fabricio la miró con frialdad y dijo— ¿Diana no te victimices? Si no fuera porque Verónica me lo dijo, no sabría que tú fuiste la causa de que ella se haya ido hace cuatro años. Has hecho algo tan repugnante a mis espaldas, ¿cómo quieres que yo te trate?

Diana lo miró con incredulidad —¿De qué tonterías estás hablando?, Verónica te traicionó y se fue con otro el día de su compromiso. ¿Cómo yo podría obligarla a hacer eso?

El rostro de Fabricio se oscureció de repente, levantó la mano y abofeteó con ira el rostro de Diana nuevamente, luego dijo con fiereza —Diana que perra puedes llegar a ser solo por querer tenerme para ti, sabiendo que solo amo a Verónica, acaso creíste que alejarla de mí haría que yo te amara, no seas patética.

Había un dolor feroz en su rostro, pero era su corazón lo que le dolía más que el dolor en su rostro.

Diana inconscientemente se cubrió la cara con las manos. Su bonito rostro estaba hinchado.

Ahora odia con fuerza a Fabricio al mismo tiempo que lo ama, se odia por ello, como puede quererlo después de todo el daño que le ha hecho. 

Diana agarró dolorosamente la ropa frente a su corazón, mientras se reía amargamente. 

—Diana, ¿estás loca? 

Fabricio miró a la mujer frente a él con frialdad. La ira en su corazón se desvaneció debido a la apariencia lamentable de Diana, aunque la odié por haber alejado a Verónica de él. 

—¡Sí, estoy loca! ¡Porque te ame! Realmente me odio a mí misma por ello, ¿pero por qué aún te amo?, Fabricio, no olvides que fui yo quien ha estado a tu lado durante tanto tiempo desde que Verónica se fue, siempre alentandote y consolándote. Acompañándote en los días más difíciles.

—¡Siempre he sido yo, no ella! — gritó enfurecida Diana. 

Diana cubrió fuertemente su corazón con sus manos. 

Su corazón antes era delicado, ha sido así desde que era una niña, de hecho, ha sido sometida a cirugías severas a lo largo de los años. 

Fabricio nunca sabría lo triste que estaba Diana en su corazón cuando estaba acostada sola en la sala de operaciones mirando los instrumentos médicos en una habitación fría. 

Fabricio miró a Diana con hostilidad, se burló de cada palabra que dijo —¡Diana eres tan patética y manipuladora! — Dio un paso adelante y rozó suavemente su mano sobre la cara de Diana que acababa de ser abofeteada por él.  

Fabricio se rio y luego apretó la mandíbula de Diana con fuerza, ella hizo una mueca de dolor, pero no hizo nada, porque no tenía fuerzas para defenderse— Obligaste a Verónica a irse el día de mi compromiso con ella y me engañaste diciendo que se fue con otro hombre cuando no era verdad, ¿cómo pude permitir que te aprovecharas del vacío en mi corazón para que aceptara casarme contigo? 

Fabricio, con ojos llenos de ira, estrelló en cuestión de segundos a Diana contra el suelo. 

Ella no tuvo tiempo de reaccionar, su cabeza se estrelló contra la puerta del consultorio. 

No había nadie cerca de allí para auxiliar a Diana que no pudo moverse por el impacto. 

Se golpeó tan fuerte la cabeza con la perilla de la puerta que la sangre bajaba lentamente de su frente, tiñéndose el cabello y los ojos. 

Diana realmente desconocía a este Fabricio, Verónica no solo lo abandonó, sino que ahora regresa y lo engaña diciendo que fue a causa de Diana que ella se fue, así que Diana sabía que la ira de Fabricio se debía a la vil mentira de Verónica, esa mujer siempre fue una ambiciosa, doble cara. 

—Ella te está mintiendo... estás siendo engañado por ella— dijo débilmente Diana agarrándose la cabeza mientras se levantaba. 

Fabricio frunció el ceño con fuerza— piensas que crea eso, ya confirmé que todo es verdad, tú la amenazaste con matarla si ella no o se alejaba de mí, el día de nuestro compromiso le cortaste la mejilla izquierda por lo que se fue al extranjero a curarse traumatizada. 

Palabras indiferentes y sin sentido salieron lentamente de su boca. 

—¿Amenaza?... ¿Matar?... ¡Estás loco Fabricio, crees que sería capaz de algo como ello! —grito perpleja por lo que escuchaba, que era esa estupidez de un corte en la mejilla.

—No me dejaré engañar esta vez por ti, ni creeré ni una palabra que digas, agradece que esto solo es una advertencia para que te alejes de mí y de Verónica, si te veo cerca de ella haré que te arrepientas de haberme conocido. 

—Entonces piensa lo que quieras— siseo Diana. 

Mirando a Diana así, Fabricio no pudo evitar sentirse culpable al pensar que fue muy severo con Diana al punto de lastimarla. 

Dio un paso adelante y agarró a Diana del brazo, la arrastró hasta el frente del médico y le dijo al médico en un tono indiferente—Dale un vendaje.

Fabricio no sabía por qué se sintió tan mal cuando vio a Diana así. 

Pensó que odiaba mucho a Diana, pero la sangre en la cabeza de Diana lo hizo sentir muy culpable. 

No solo eso, sino los ojos negros de Diana perdieron el brillo. 

Todo esto hizo que Fabricio se sintiera extremadamente mal. 

Incluso el tono de sus palabras con Diana se suavizó inconscientemente. 

—Diana, has estado conmigo durante tantos años. Esta debería ser tu compensación por aquellos años— Fabricio sacó un cheque valorizado en 10 millones de dólares de su bolsillo y lo colocó frente a Diana. 

Fabricio miró a Diana, creía que tal vez ella se sentiría insultada por el cheque que le estaba ofreciendo, después de todo Diana siempre fue muy humilde que nunca gasto en lujos innecesarios. 

Efectivamente, vio a Diana recoger lentamente el cheque. 

Diana tenía una inexpresiva mirada, ¿no mostró una cara de sorpresa frente al dinero? 

Sin embargo, en este momento, vio a Diana romper el cheque por la mitad, tal como Fabricio pensó de Diana, ella no aceptara su dinero. 

Al final, ella levantó su rostro y miró fríamente a Fabricio y dijo— ¿Piensas que esta cantidad es suficiente para compensar los años que he estado a tu lado?, si quieres el divorcio dame al menos 50 millones de dólares. 

El rostro de Fabricio de repente se volvió sombrío y se volvió extremadamente frío, no podía creer lo que Diana le estaba diciendo. 

Miró a Diana con fiereza— Diana, ¿qué quieres decir? Acabas de aceptar divorciarte de mí, pero... ¿Por qué quieres dinero a cambio de dármelo? 

En este momento, Diana se sentó con elegancia, y fue entonces que Fabricio escuchó la voz burlona y gélida de Diana sonar lentamente —40 millones son los cuatro años a tu lado y los 10 millones son los daños causados a mi persona en este momento, además quiero la villa de la Abuela, y solo así yo te daré el divorcio— Diana explico con una fría sonrisa, no había ninguna vacilación en sus palabras. 

La forma fluida de hablar, así como su postura, realzaba su naturaleza delicada y elegante, es así como Diana siempre ha sido; sin embargo, siempre mantenía una apariencia sumisa frente a Fabricio. 

—Así que esta es tu verdadera naturaleza Diana, que bien lo has mantenido oculto— dijo fríamente Fabricio mientras sacaba otro cheque y se lo daba a Diana que aún permanecía con una fría sonrisa en el rostro. 

—Estás satisfecha, te daré la villa de la Abuela cuando firmes los papeles del Divorcio. 

—¿Trajiste el acuerdo de divorcio? Lo firmaré— dijo Diana. 

Momentos después el secretario de Fabricio llegó al hospital, se quedó pasmado al ver la terrible apariencia de Diana, nunca pensó verla así, ya que siempre la veía muy contenta con una brillante sonrisa en su rostro y ahora era todo lo contrario. 

Aún más le era sorprendente saber que su jefe se divorciara de Diana, ¿por qué se divorciaría de una buena mujer? 

—Señora Rossi, aquí están los papeles del divorcio— dijo Carson. 

—Carson, ella ya no es Rossi, así que ya no la llames así— siseo Fabricio. 

—Si Sr. Rossi. 

Diana tomó los papeles, Fabricio suspiro aliviado sabiendo que muy pronto sería libre de ir con su amada. 

Pero no sabía por qué su corazón no estaba tan alegre como imaginaba. 

Diana, escribió su nombre en el acuerdo de divorcio. 

Sabía que esta era la última vez que ella y Fabricio serán marido y mujer, así que sonrió suavemente. 

Él y ella nunca tendrán ninguna relación a partir de ahora. 

Diana se levantó de su asiento, se limpió las lágrimas, miró a Fabricio y dijo— Ahora somos desconocidos Fabricio. 

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