“¡Aaah!”.

Horribles gritos de dolor se podían oír.

Brady Torres se sujetó la pierna mientras se retorcía constantemente en el suelo.

Paula Baker y los demás que ridiculizaban constantemente a Harvey York estaban todos completamente estupefactos.

No podían imaginarse que Harvey fuera tan dominante como para pisarle la pierna a Brady cuando era claramente mucho más poderoso.

Oyeron la llamada telefónica de Harvey, pero ninguno sabía que Ansel Torres, el primero al mando de la Comisaría de Flutwell, estaba al otro lado de la llamada.

Todos los compañeros de Brady estaban enfurecidos en ese momento.

Eran intocables en Flutwell. Siempre serían ellos los que se aprovechaban de la gente.

¡Nadie se atrevía a ir contra ellos!

¡Qué chiste era esto!

Una docena de guardaespaldas se acercaron, dispuestos a destruir a Harvey y a todos sus seres queridos.

Harvey los ignoró por completo y miró a Brady con calma.

“¿Vas a traer a tu gente y marcharte?”.

“¿O estás esperando que te rompa las