Las cosas eran muy sencillas, por lo menos eso había dicho su madre, aquello no dejaba de rondar en su cabeza, tanto así que Fia parecía ser un muerto viviente, sentada con su mirada perdida
Incluso parecía siquiera no haber notado que había llegado al edificio de Isobel, que había llegado más tarde de lo normal y que incluso estaba frente a la puerta del lugar sin más
Estaba allí, revolvió su cabello, dijo unas cuantas maldiciones y dio varios pasos en círculos, algunas personas que pasaban y la observaban, lo hacían como si fuese alguna maniática
Mientras el hombre frente a ella, la observaba con curiosidad, lado le decía que, si preguntaba, ella, sin siquiera percatarse, le daría la respuesta de lo que llegaba a angustiarla
Incluso estuvo a punto de abrir su boca de preguntarle, pero entonces sus ojos castaños se conectaron con los suyos
Esta hizo una mueca llena de disgusto, y precio ser que no le gustaba mucho lo que veía, o más bien que la viera de aquella forma
Por lo que le di