Me invitaron a cenar por motivo de mi despedida. Esta noche viajaba a Colombia y luego me reincorporaba a mi mundo de la construcción. Dejé saldada la empresa con el personal indicado, fueron muchos los empleados que estaban comprados. Cassandra se presentó con su esposa y Zabat con su señora. Me sentía satisfecho por haber hecho un buen trabajo en la compañía, al menos no se fue a pérdida, al contrario, di buenos rendimientos.
—Bueno, sobra decirte que fue un privilegio trabajar bajo tu dirección.
—Gracias, abogado.
—Yo también voy a extrañarlo, señor Guzmán.
—Sobra decirles que tienen un hogar o bueno, un apartamento para cuando decidan conocer mi país.
—Por supuesto que te visitaremos en Colombia. Me deben una luna de miel. —sonreí.
La cena se llevó a cabo de manera muy amena, anécdotas y culminó del modo agradable y con buena vibra. Me despedí de ellos, llegué al apartamento, tomé la maleta y el equipo de búsqueda. También me despedí de las empleadas. Keelan me llevó al aeropue