Debido a que estaba cerca, podía ver claramente a la chica que estaba respondiendo a dos hombres barrigones que le estaban preguntando. Estaba de pie con gracia, luciendo un vestido de gala rojo granada con ribetes dorados, con su cabello negro azabache suelto detrás de la cabeza, con unos mechones cayendo sobre su frente, resaltando su rostro blanco como la nieve.

Y esos brazos blancos al descubierto hacían que los hombres se sintieran emocionados. Esos dos hombres con maletines no podían evitar posar sus ojos sobre ellos de vez en cuando. Pero lo que era peor, en lugar de preguntarle sobre las flores, la hicieron girar para que pudieran verla desde todos los ángulos.

Lo que vieron fue que la chica dudaba un momento, pero luego se volteaba para dirigirse hacia los escalones donde estaban las macetas. Con cada paso que daba, el gran corte lateral del vestido comenzaba a mostrar y ocultar sus piernas blancas como el jade, haciendo que