--- Héctor Plourde ---
No cabe duda de que tener frente a mí al hombre que destrozó a Ana, solo me provoca una enorme sensación de ira y frustración, es la primera vez que deseo moler a golpes a alguien y mira, que he visto cada situación.
Me sorprende ver cómo Dominik Müller puede llegar a ser tan descarado como para venir a exigir, además, no puedo negar que me molesta cuando de su boca escucho decir: “Mi mujer” “Mi hija”, Ana y Paz no son su propiedad, ellas son libres, ellas no le pertenecen a nadie.
¿Acaso no se da cuenta del daño que le hizo a Ana? ¿Acaso no ha dimensionado el peso de sus acciones?
Al principio, cuando me percaté de que un auto me seguía, no niego que tuve miedo, digo, he llegado a pensar que Müller no está bien de sus cabales.
Razón suficiente como para que tomara acciones de prevención y terminara llamando a Betancourt.
Algo que no esperaba, era que ellos dos se conocieran, tampoco es como que Alexis y yo, platiquemos mucho, pero él jamás me habló de que