En comparación con la pequeña anécdota del otro lado, la situación de Sofía y Julio era mucho más tranquila. Después de que su avión aterrizó en Grecia, encontraron un hotel junto al mar. Al abrir la ventana, podían ver el mar, lo que mejoraba mucho su estado de ánimo.
En este momento, acababan de levantarse de la cama después de un momento íntimo. Quizás debido a las raras vacaciones, ambos estaban muy animados.
—¿Vamos afuera?— Julio se acercó por detrás de Sofía y la abrazó.
Sofía miró la playa no muy lejos y asintió con la cabeza,
—Claro.
Luego, salieron del hotel y se dirigieron a la playa. El sol brillaba sobre ellos, proyectando sombras largas. Bajo la luz del atardecer, la escena era excepcionalmente hermosa. Tomados de la mano, caminaron lentamente y sin prisas.
De repente, un grupo de niños corrió hacia ellos, cada uno sosteniendo rosas y diciendo en un inglés rudimentario:
—Hermano, compra una rosa para la hermana. —Julio miró a Sofía a su lado, pero ella no dijo nada, c