Capítulo 12
Mientras Luciano y Amara terminaban su recorrido por el viñedo comenzando a caer la tarde, una idea brillante cruzó la mente de Amara. La verdad es que platicar con él era muy entretenido y no quería que todo acabara al regresar a la casa.
– Oye Luciano ¿Te gustaría ir a la playa un rato conmigo? – preguntó sintiendo que sería una buena manera de relajarse y disfrutar de lo que queda de día – Conozco un lugar que siempre está solitario, así que no tendrás que preocuparte por que alguien nos vea juntos.
– Claro, suena genial, pero no me preocupa que nos vean. Me encantaría ver la playa de este lugar porque he escuchado que son preciosas – respondió sintiendo que la idea no sonaba nada mal.
Después de cambiar por un rato por fin llegaron a la playa y Luciano se quedó maravillado por la belleza del lugar. La arena dorada se extendía ante ellos y el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla era como una melodía tranquilizadora.
– Es impresionante este lugar – dijo