CAPÍTULO 122: REGRESO A LA TIERRA
Erik
La tierra se abre bajo mis pies, tragándome hacia un abismo oscuro y sin fin. Mi cuerpo se siente como si ardiera desde el interior, pero no es un fuego mortal. Es poder. Es renacimiento.
La voz de la diosa aún resuena en mi cabeza, firme, inquebrantable: “Tu propósito es erradicar la plaga que Winter ha liberado en este mundo.”
Pero no me importa, no me interesa su misión de mierd4, ni su guerra contra las brujas que revivieron en el ritual. Lo único que me importa es Hazel.
Sin embargo, desobedecer a Lúa no es tan sencillo, puedo sentir la presión de su poder en mi pecho, en la marca de luna que arde como el fuego y se intensifica cada vez que intento desviarme de la orden divina que me dio.
Intento moverme en otra dirección, buscar el rastro de Hazel, pero la marca me quema como si mil garras incandescentes se clavaran en mi piel. Gruño, negándome a ceder.
—No me importa —digo en voz alta, soportando el dolor—. Hazel y mi cachorro están ahí fu