Narrador:
Victoria pasó la noche tranquila, Franco no se separó de ella ni un minuto. Al llegar la mañana despertó y pudo verlo en el sillón a su lado vencido por el sueño. Lo observó largo rato, le gustaba verlo así, tan frágil, tan humano.
– Uff, me quedé dormido – dijo desperezándose por completo– Así parece – ella veía que él estaba cumpliendo su promesa de cuidarla, así que le sonrió – gracias por quedarte conmigo– Te dije que te cuidaría– Sí, lo noté. ¿Te dijeron que tenía?– Nada de gravedad, pero debes cuidarte de estresarte, parece que eso hace que te desmayes.– Bien, entonces cuida tú de no estresarme – rió– Veo que estás mejor, te dejo tu ropa aquí para que te vay