47. Fue lo que fue y tenemos lo que tenemos
No puedo parar de reír. Me sujeto el estómago con ambas manos pues ya comienza a dolerme. Julián también ríe.
- De dónde sacaste eso? - digo tratando de contener la risa que amenaza con salir nuevamente.
- Solo quería aligerar un poco el ambiente - él también se sujeta el estómago.
Coloco el dedo índice sobre los labios para indicarle que debemos guardar silencio.
- Los niños, podemos despertarlos - le digo en un susurro.
Julian se tapa la boca y poco a poco vamos recobrando la compostura.
- Ojalá todo fuera así de sencillo - digo ya sin atisbos de risa.
- No tiene por qué ser complicado, María. -
- Un nuevo recuerdo, una nueva vida y para adelante. Se dice tan fácil, pero no lo es, al menos no para mí. -
- Hace doce años, Javier me sacó del letargo en el que estaba y ahora, nuevamente, fueron mis hijos quienes lograron hacerlo. Sí es complicado Julián, Sabes por qué? -
- Por qué? -
- Por que a mi me toma más tiempo sanar. Porque no puedo simplemente almacenar lo vivido como