Narrado por Chloe
Después de dos días quité el vendaje gastado de la herida que me había dejado marcada, dudé pero aún quité la gasa. Mis ojos empezaron a brotar de lágrimas.
“Andrew”. Eso decía.
Tenía una costra fina color marrón rojizo. Se destacó y me miró directamente desde mi pálida piel blanca. Las lágrimas corrían por mi rostro.
Sentí que me despojaron de mis derechos y libertades y me convertí en una cosa.
Nunca lo perdonaría esto.
**********