Subes por el ascensor sosteniéndote la cabeza, preguntas te perturban.
¿Qué estás haciendo con tu jefe?
¿Por qué no puedes volver a casa y olvidarte de él?
¿Por qué no puedes sacarlo de tu mente?
¿Qué le está pasando a tu racionalidad?
Te das una ducha y te acuestas en tu cama a dormir un rato. Durante la tarde te dedicas a ordenar tu departamento. Aunque Cristian no está, necesitas poner en orden tus muebles. Algo que siempre postergas porque a él no le gustaba que cambies las cosas de lugar.
A eso de las cuatro de la mañana te despiertas. Tienes insomnio, por lo que te pones a escribir tu tesis. Esa semana casi no ves a Lisandro en la oficina porque tienen un juicio cerca. Él no te llama ni te manda un mensaje, por lo que tú tampoco
¿Qué vas a decirle?
Quizás ya ha terminado lo que han tenido y todo va a volver a la normalidad. Algo de eso te genera angustia, pero no sabes por qué. Entiendes que con personas como Lisandro es normal que solo sean encuentros furtivos.
El sábado siguie