PDV Mía
La risa de Vincent y Daisy me molestaba bastante, oí el sonido como del agua, en base a lo que escuche, quizás deben estar en la regadera o algo similar a eso, debían estar cogiendo entre ellos, no me importaba.
— ¿Para qué llamaste Vincent? ¿La prostituta que tienes allí contigo no te da la suficiente diversión?
— ¡Oye! ¡¿A quién le dices prostituta?! —me pregunto Daisy, sonaba enojada.
— ¿A quién crees Daisy? Te puedo escuchar claramente allí en el fondo, dime ¿Qué se siente venderse por unas monedas?
— ¡Hija de…! ¡Dame el teléfono Vincent!
—Calma, Calma Daisy, lo sé, lo sé, sé que la economía actual está muy dif&iac