2.| Secreto Donovaz.

Odiaba las malditas escaleras. En serio. 

Muchas veces me habia preguntado a mi misma porque existian, digo, eran útiles pero me parecian mucho mas utiles los elevadores, los cuales eran perfectas para personas flojas como yo. 

Pasé una mano por mi frente sudorosa y segui bajando los escalones, llegando por fin a la planta baja de la biblioteca. Sonreí cuando abri la puerta de la salida y el aire me golpeo la cara. 

—¡Parece que has corrido un maraton! —Layla, mi mejor amiga se burló —no me creo de verdad que alguien sude tanto por bajar unas escaleras.

—Malditas escaleras —masculle —las odio. 

Ella soltó otra risa, encogiéndose de hombros. 

—Ve el lado bueno, ya hiciste el ejercicio de la semana.

Le di una mirada enfadada dejándole en claro que no me causaba gracia y su sonrisa desaparecio al instante, carraspeo la garganta y desvío la miradaa hacia otra parte. 

—Escuche que hay un nuevo Donovaz en el pueblo —murmuró despues de unos segundos 

—Si, hermano de Rhys.

—Dicen que es muy atractivo —arqueo una ceja con curiosidad —¿Ya lo has visto?

—Es muy parecido a Rhys —me encogí de hombros —entonces si, creo que es lindo.

—Con que no sea igual de pesado me conformo. 

Sonreí un poco y negué con la cabeza, Layla habia sido una de las tantas personas insultadas por Rhys, recuerdo que fue cuando un dia en la cafeteria iba alegremente a invitarle a comer con nosotras, pero cuando se tropezó y casi se golpea la cabeza contra la pared él se levantó furioso y le dijo que se alejara de él. Despues de eso faltó por una semana a clases. 

—Tengo que ir a casa —murmuré distraidamente —esta a punto de oscurecerse y las desapariciones han aumentado. 

—Lo sé —puso una mueca —yo tambien debo volver papá debe de estar preocupado. 

—¿Te veo mañana?

—Te veo fuera de tu salón —asintió. 

Hizo un gesto de despedida con la mano y empezó a caminar por el lado contrario, en direccion al centro de la ciudad. Cuando Layla desaparecio de mi campo visual di media vuelta y empece a andar de vuelta a casa.

Todo a mi alrededor ya estaba muy oscuro, pasaban de las 8:00pm y el viento frio tampoco parecia ayudar demasiado. Miraba a todas partes, preocupada, no queria encontrarme con ninguna sorpresa desagradable, en esos últimos meses muchas personas habian empezado a desaparecer misteriosamente y se les encontraba en el bosque, la policia decían que eran ataques de animales pero a mi me parecía sorprendente la cantidad de personas desaparecidas. Ademas no podia imaginarme que harian por ahí, así que ese era mi miedo, ser la siguiente. 

Estaba a punto de llegar a casa cuando un ruido a mi derecha me detuvo, enfoqué mis ojos en el pequeño sendero que llevaba al bosque y pegue un salto sobresaltada cuando el ruido se repitió, mas fuerte que antes. Trague saliva y di un paso hacia atras inconscientemente, sacudí la cabeza y empece a andar de nuevo, pensando en salir de ahi lo antes posible. Pero ni siquiera había avanzado un metro cuando vi una figura entrar al bosque, demasiado rapido como para ser un animal, mi corazon dio un brinco y volvi a detenerme, pero ahora avanzando sigilosamente en esa direccion.

Apreté los puños, el corazón latia contra mi pecho con fuerza y mi cabeza me repetía que era una muy mala idea. Estaba temblando, me sostuve de un arbol cuando escuché susurros a lo lejos. Mire por encima de los arboles y distingui dos figuras, una frente a la otra, entrecerre los ojos y apreté los labios, dando otro paso al frente, haciendo crujir una rama. Entonces una cabeza se giro en mi direccion, al mismo tiempo que logre esconderme detras del tronco. Cerré los ojos con fuerza y cubrí mi boca con una mano, esperando haber sido demasiado rapida como para que no me vieran.

Para mi suerte la voz empezó a murmurar otra vez. 

Deje salir todo el aire de mis pulmones y corri hasta el otro arbol, intentando esconderme para que no me vieran y pasar desapercibida. Mi corazon estaba hecho un desastre y la adrenalina se habia apoderado de mi cuerpo, me detuve casi frente a ellos, solo podia ver el rostro de una chica rubia completamente asustada, y al hombre frente a ella, estaba cubriéndole la boca mientras ella lloraba con fuerza.

Lo miré a él, que a pesar de estar de espaldas pude reconocerlo perfectamente en cuestion de segundos. 

Rhys Donovaz...

La piel se me erizo por completo y los ojos se abrieron de golpe. Aferre mis dedos al tronco con fuerza para no caerme, no podia dejar de mirarlos. Rhys le dijo algo que no pude entender y ella dejó de llorar, la vi tranquilizarse de pronto, como si nada estuviera pasando. Dejaron de salirle lagrimas de los ojos y Rhys se acercó a ella lentamente, mi corazón se detuvo cuando él se acercó a su cuello, mis piernas fallaron y tomé mi movil, marcando el numero de la policia. 

—¡Mira lo que tenemos por aqui Rhys!—una voz masculina se escuchó detras de mi, haciendo que me paralizara. 

No tuve tiempo de reaccionar porque en cuanto dijo eso me tomó por la cintura y me sacó de mi escondite. Quitándome el movil de las manos. 

Cuando me dejó al descubierto los ojos de Rhys me miraron con curiosidad, elevando ambas cejas y ladeando la cabeza. 

De mi garganta brotó un sollozo.

—Vaya, eres buena —dijo con una sonrisa—no te escuché llegar.

—Estaba viéndote desde el arbol idiota —murmuró el otro —te he dicho que vayas a hacer tus estupideces a otra parte. 

Mi vista estaba nublada por las lagrimas pero aun así pude reconocer a la otra persona cuando gire lentamente la cabeza hacia él. Mi cuerpo no paraba de temblar y mi corazón bombeaba sangre a toda velocidad sin detenerse. Una sonrisa divertida aparecio en su rostro cuando nuestras miradas se encontraron y yo me quedé congelada en mi lugar. 

Derrick Donovaz....

Di un paso atras institivamente, intentando alejarme de ellos, notando que la chica seguia sin moverse, y que miraba el lugar con desinteres, como si nosotros no estuvieramos ahi. 

Sacudí la cabeza, ella era lo que menos me importaba en ese momento, solo queria salir de ahi y volver a casa. No queria morir, no podia morir. 

—Y-yo ya me iba —balbucee torpemente —lo... lo siento, yo y-ya me voy.

Di media vuelta para irme pero en cuanto lo hice Derrick me sujetó del brazo, devolviéndome a mi lugar.

—Lamento que hayamos comenzado con el pie izquierdo Emily —sonrió—mi hermano es un idiota, hace estupideces a veces. Pero creo que este secreto queda entre nosotros ¿cierto?

Asenti frenéticamente con la cabeza sin despegar mi mirada de la suya, no podia mirar a Rhys, no queria hacerlo. 

—Entonces... —Derrick dio un paso a mi, colocando sus manos en mis hombros —no tengas miedo, olvida lo que pasó y vete a casa. 

Habia algo diferente en su mirada, algo que me hizo quedar bajo una clase de hipnosis por unos segundos, pero despues parpadee un par de veces y retrocedí, reaccionando por fin.

—¿Q-qué fue eso? —pregunté en un susurro —¿Que quisiste hacer?

Sacudí la cabeza cuando senti un poco de molestia en ella, abri los ojos lentamente y vi que ambos tenian el ceño fruncido.

—¿Por qué no funciona? —preguntó él mismo —¿Qué pasó?

—Vete a casa y olvida que esto pasó —repitió Rhys, mirándome fijamente. 

Relajé el ceño y asentí rapidamente. 

No esperé otra orden, di un paso atras y empece a correr entre los arboles, necesitaba alejarme de ellos lo mas pronto posible antes que pudieran hacerme daño.

*****

No había podido dormir en toda la noche por más que lo habia intentado. Ya era de mañana otra vez y estaba en la clase de matematicas, repitiendo en mi cabeza una y otra vez la noche anterior. 

Al llegar a casa y despues de entrar en colapso empecé a buscar en toda clase de sitios informativos; desde los libros de historia, paginas de internet sobre la hipnosis, etc. Lo unico que necesitaba era saber que era lo que habia sucedido. 

Desvie la vista del pizarrón cuando senti una mirada clavada en mi nuca, era la penetrante mirada de Derrick, lo mire de vuelta por unos segundos y el nudo en mi estomago aumentó, obligándome a desviarla de nuevo.

—Señorita Emily —el profesor me llamó, haciendo que levantara la mirada —¿Sabe cual es la respuesta a la pregunta del pizarrón?

Miré lo que habia escrito en él, eran un montón de letras y numeros. No entendía nada. Mi cabeza palpitó cuando empecé a pensar y negué con la cabeza enseguida. 

El profesor me dio una mirada severa.

—Bueno señorita, sabrá entonces que...

—Es x-25² —dijo Derrick interrumpiendolo.

El profesor lo miró por unos segundos y despues me miró a mi, señalando a Derrick con un dedo. 

—Agradezcale al señor Donovaz. 

Cuando la clase por fin terminó empece a caminar apresuradamente por los pasillos, mirando a todas partes, no queria encontrarme de nuevo a Darrick, o con Rhys. No estaba muy segura de que eran exactamente pero si sabia que eran unos delincuentes y posibles asesinos. Me aterraban y mucho, no queria encontrármelos por ninguna parte.

—Emily...

—¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!

Todos los alumnos que segundos antes caminaban por ahi se detuvieron de golpe y me miraron. Abri los ojos lentamente y quite las manos de mi cabeza, mirando a Layla quien tenía el ceño fruncido y habia retrocedido un poco ante mi reacción.

—¿Estas bien? —preguntó tocando mi hombro. 

Tan rápido como lo hizo yo retrocedí, chocando con la pared. Ella levantó la mano, mirándome como si estuviera loca y yo levante la cabeza, encontrándome con la sonrisa burlona de Rhys, quien me hizo un gesto con la cabeza indicando que lo siguiera. Negué frenéticamente con la cabeza y empece a correr hacia la salida dejando a Laya atras. 

Abri las enormes puertas de un gran empujón y segui corriendo, mis pulmones me exigían que respirara, no era buena corriendo, y fue ahí cuando me detuve. Ya habia llegado mas alla del estacionamiento, estaba libre de peligro, era imposible que pudiera alcanzarme. 

Justo cuando pensaba eso un dedo toco mi hombro, mis ojos se abrieron de golpe y di un salto hacia atras, casi cayendo de culo al suelo. 

Quedé helada cuando vi a Rhys frente a mi, me detuve, de pronto ya no tení fuerzas para escapar. Él soltó una risa y avanzó otro paso, clavando sus ojos sobre mi.

—Tenemos que hablar Emily —masculló, seriamente. 

—Tú y yo no tenemos nada de que hablar —sisee retrocediendo. —aléjate de mi.

Apesar que parecia mortalmente seria estaba aterrada, no queria tenerlo cerca, menos mantener algún tipo de conversacion con él. Simplemente queria que se alejara lo mas posible de mi.

—No era una sugerencia—espetó —era una orden. 

Apreté los dientes cuando me tomó del brazo y me subió al auto, amenazándome que si gritaba mataría a quien fuera a ayudarme

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