(POV: Adriian)
La disciplina es mi estructura.
Mi escudo.
Mi manera de no desbordarme.
Rutina, control, estrategia.
Eso es lo que me mantiene cuerdo.
Eso, y el fuego que arde bajo la piel solo cuando yo lo permito.
No cuando quiere.
No cuando alguien lo provoca.
Solo cuando yo decido.
Pero hoy…
Hoy algo se quebró.
La sala de entrenamiento estaba vacía.
Excepto por el sonido seco de mis golpes contra el saco reforzado.
Un, dos.
Bloqueo.
Otro.
Ráfaga.
Mis nudillos dolían.
No por falta de resistencia.
Sino porque no estaba controlando la fuerza.
No como siempre.
La tela del saco comenzó a rasgarse.
Mi puño izquierdo estaba sangrando.
No me importó.
Algo en el pecho me ardía, y no era mi poder.
Era más pequeño. Más estúpido. Más… humano.
Lo ignoré.
Hasta que lo vi.
Una notificación, en la pantalla del panel de estado táctico, olvidada en una esquina de la sala.
PACIENTE: ISHTAR
ESTADO: ESTABILIZADO
INGRESO MÉDICO: 5 HORAS ATRÁS
UBICACIÓN: SALA ESTE DE RECUPERACIÓN
El saco