PARTE CINCO: PUEDE SER AMOR
CAPÍTULO DIEZ
Tarjeta de presentación lo había llamado Diego a la manera de presentarse, Andrea nunca tuvo excusa ante eso. ¿Cuánto tiempo más hasta que uno y otro dejara de ver la felicidad a través de los ojos de dos almas siendo sinceras?
Ni Andrea era lo que Diego creyó ni Diego era aquel hombre sin dinero que fácilmente podía convertirse en un caza fortunas si tenía la oportunidad.
Nueve de la noche. La celebración apenas comenzaba.
Y frente al camino que Andrea había preparado para que el anfitrión entrara, la gente se colocó a los lados para recibirlo con aplausos.
El corazón del señor Muriel no pudo evitar palpitar con tanta emoción, su nieta había sido la protagonista de todo eso.
Y de la misma manera que Andrea se sentía feliz por lo que había ocasionado en el corazón de su abuelo, a su lado Diego no podía dejar de aplaudir de la misma manera en que Andrea lo hacía.
Él estaba compartiendo su felicidad, él estaba sintiendo lo que ella sentía y es