Luego de un rato llegó con las bebidas donde se encontraban practicando los niños, al entregárselas Camillo le dijo: —Padre, ésta bebida ya no tiene hielo.
—Lo siento hijo se derritió mientras venía—se disculpó con su hijo.
—Está horrible padre —replicó Taddeo.
—Vayamos todos a comprar unas nueva