***************LEO****************
Llego a mi casa con mis tres hijos y mis padres; y lo primero que hacemos es ir hasta la terraza que estaba adjunta a la sala. Al llegar a aquel, mis hijos se sientan en las sillas que habían, así como mis padres lo hacen.
—Iré a pedirle a Mariana que nos prepare algo especial —le comunico a mi familia.
—Gracias, amor —me dice mi madre, de manera muy tierna, y yo le sonrío.
—Chicos, ¿ustedes quieren algo?
—Un jugo de moras, papá —me pide Luciano.
—Que sean dos, papá, por favor —señala Franco.
—Claro, cariño —le sonrío; y luego, desvío mi mirada a Fabrizio—. ¿Tú Fabri? ¿Qué deseas?
—Za... zanahoria —me contesta algo tímido; y yo le sonrío ampliamente.
—Claro que sí... zanahoria —repito sereno— y... ¿con beterraga? —añado de pronto; y él me sonríe contento al tiempo en que asiente con su cabeza—. ¡Bien! ¡ya les traigo sus jugos! ¿Papá, mamá? ¿Ustedes desean algo en especial?
—Un té, no tan caliente, a temperatura ambiente —precisa—. Tal vez, un poquito