LAURA JENNER
—Ahora puedes besar a la novia—, me dijo y eso fue todo lo que necesitó para besarme. No, este no es un beso de pasión o un beso de hambre. Este beso está lleno de amor. El amor que nos tenemos. El amor que compartimos. Me besó lenta y amorosamente. Su lengua se coló lentamente en mi boca y le cedí el control mientras le rodeaba el cuello con los brazos mientras me besaba.
Todo el mundo aplaudió. Nos separamos y nos miramos. Tengo lágrimas de felicidad en los ojos.
Me besó en la frente y me abrazó la cara. Nos quedamos mirándonos durante unos minutos.
—Te quiero, pequeña—, me dijo mirándome a los ojos.
—Yo también te quiero, Nate—, le respondí.
Después nos sentamos a brindar y todos nos felicitaron. Nate me cogió de la mano todo el rato. Amelia no paraba de chillar. Ahora está embarazada de cuatro meses y Zack está cuidando mucho de ella. Los fotógrafos nos hicieron muchas fotos. Incluso se permitió la entrada de algunos medios de comunicación, pero no mucho.
Cuando le pr