El punto de vista de Alejandro

«Gabriella se ha ido. Se ha marchado con Miguel», afirmó tras comprobar que su hija estaba fuera.

Carmen se masajeó la sien, como si estuviera frustrada por la respuesta de su hija al hombre que había elegido para ella. «Nada de esto habría pasado si hubiera dicho que sí a Miguel. Lo único que quería era que fuera feliz, pero ella no lo aprecia».

Suspiré. «¿Por qué iba a apreciarlo si tú habías cruzado la línea? Si realmente querías que Gabriella fuera feliz, nunca tomarías una decisión sin su consentimiento».

Mi esposa se burló. «¿Entonces es culpa mía? ¿Es culpa mía si solo quería que fuera feliz?».

«No estoy diciendo eso. Solo quería decirte que tomar una decisión por tu hija adulta no es lo correcto para una madre», le expliqué.

Ella solo negó con la cabeza y se alejó, lo que significa que estaba decepcionada porque no la apoyaba. Exhalé profundamente y me volví hacia la organizadora, que estaba de pie junto a nosotros en silencio.

«¿Puede volver ma