Narrado por Amy Belmonte
Miro sin mirar la computadora en mi frente, mi espalda más recta no puede estar y más ajena a la plática de mis empleadas en el fondo de la oficina tampoco puedo estar. El calendario en mi escritorio ya me lo ha confirmado, sacando cuentas llevo dos meses acostándome con Luke Brown.
Lo peor es que cuando digo que será la última vez, me falló a mí misma y vuelvo a correr a sus brazos. Ese encuentro en ese club nunca tuvo que pasar. Para comenzar ni tuve que ir a ese sitio con el patán con el que estaba saliendo. Sólo le bastó la tercera cita para llevarme a un sitio como ese, cuando ni siquiera habíamos tenido sexo para ese entonces.
Fue tan desagradable que me llevase con engaños a ese sitio, me sentí muy traicionada. Llevo una vida sintiéndome traicionada con el amor, así que, cuando el tipo alto y sexy, me ayudó a escapar. Me dejé intoxicar por el ambiente.
Bajo engaños y mofas de lo aburrida que era, ese sitio era nauseabundo. Pero, teniendo la opción de ir