Sebastián
Era como verla de nuevo por primera vez.
¡Qué bendición me había dado la diosa!
Una mate encantadora, preciosa, fuerte y amable. Me hablaba con dulzura como quien ve a un ángel.
— Connor, soñé contigo, que venías a sacarme de esa pesadilla. Me salvaste… — murmuraba ella acariciando el p