Tatiana
Me sentía como si no perteneciera aquí, como si yo fuera una invitada indeseada. ¿Eran ideas mías o el resto de las personas me observaban? Especialmente las trabajadoras aquí.
—¿Qué? — preguntó perdido.
—Yo soy una humana, Sebastián. Una traidora para tu manada. No importa lo que digas, n