— ¿No la quieres cerca de mí? — Preguntó él Rey Lance a Virginia.
— ¡No! Digo, sí… No mejor dicho, no dije nada jaja~ — Rió ella nerviosa alejándose de ese hombre.
Lance la siguió de inmediato.
— Virginia, espera. No puedes alejarte de mí. — Decía él preocupado hasta que alcanzó los pasos de su Reina tomándola de la mano.
Algunos sirvientes que pasaban a distancia se quedaron observando de reojo al Rey deteniendo a esa soldado.
— ¿No es que en la dulce semana el Rey tiene prohibido estar con otras que no sea la Reina? — Preguntó una sirvienta curiosa.
— No lo se, él es el Rey después de todo. Puede divertirse con quien quiera.
— Claro que no. Él debe obedecer las leyes Maitanas. — Decía otro sirviente.
— Pobre Reina, ella encerrada y el Rey gozando de la compañía de otras mujeres.
— ¿Será que se aburrió de ella? Tampoco son muy lindas las Gorianitas.
…..
— Lance suelta mi mano, están viendo hacia acá, llamas la atención… Estoy disfrazada, tu reputación corre peligro y la mía