—¿Tienes más de una, CEO Jace? —saltó Genesis. No está contenta; desea que Arianna y Jace puedan encontrar el amor el uno en el otro. Después del cambio de ánimo y la muestra de emoción de Jace el otro día, ella sabe que puede haber una oportunidad para Arianna en su corazón.
—Ni siquiera tengo una —respondió Jace. Espera que esa tal Tayo Dante no haya venido a hacer el ridículo. No, no se atrevería a cruzar sus límites con él.
—Genesis, por favor detente en este momento. ¿Qué me importa la vida amorosa o privada de Jace? Por favor, solo quiero que esta etapa pase en paz para que podamos volver a seguir caminos separados —declaró Arianna.
Genesis no insistió más. Suspiró suavemente y desvió lentamente el rostro. Jace quería indagar, saber quién era esa mujer entrometida, pero se contuvo y no preguntó. Genesis no diría nada si sabía que molestaría a Arianna.
—Voy a alimentarte, Aria. Por favor, déjame —suplicó Jace Hudson.
—Ya te dije que… —protestaba Arianna cuando Jace la interrumpió