Las mujeres pueden hacerlo

Las mujeres pueden hacerlo

Hubo un silencio y Chase fulminó con la mirada a Bella. ¿Por qué insistía en Rosalinda? ¿Había algo en su amistad que él no entendía?

Rosalinda se atragantó con su saliva. Tenía las orejas rojas e intentó contener las lágrimas. Ya no soportaba más esta discusión entre padre e hija. Todo se centraba en ella.

"Vamos, pequeña. No discutas con tu padre ni le contestes. Él solo quiere lo mejor para ti, como cualquier padre.

Supongo que tu padre me habrá conocido alguna vez en el pasado. Probablemente cree una idea equivocada sobre mí y tú no sabes nada al respecto. Solo escúchale y obedécele, ¿de acuerdo?", persuadió Rosalinda.

De camino a casa, Chase estaba inusualmente callado. Bella se apoyó en él y pronto se quedó dormida. Le acarició el pelo suavemente y lo besó.

Encontrarse con Rosalinda fue interesante. Vio sus ojos, especialmente en el momento en que quiso sollozar, sintió que esas lágrimas le pedían una oportunidad para explicar las cosas.

Ella todavía l
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