Irene.
__ ¿Llegué temprano? - preguntó una vez más la hermana de Tej. - Por lo que veo sí.
__ ¿Que haces aquí? - sacudí la cabeza. - Marissa no está en este momento.
__ No vine a verla a ella. - me pasó atropellando con el hombro. - Perdona si te lastimé, pero viví aquí.
__ Vivir aquí no te da el derecho de golpear a quien tengas en frente.
__ Tu no hables de derechos. Ni siquiera lo tienes de estar aquí. - abre los brazos. - Que te creas la esposa de Tej no quiere decir que lo seas.
__ Porque tú ayudaste a que no llegara a la boda. - replanteé con su mismo tono.
__ Oh ¿de verdad? Es que tengo mala memoria. Ya sabes, se me olvidan algunas cosas. - colocó el bolso bajo su brazo. - Pero no me culpes solo a mí. Era tu esposo quién ansiaba verte, yo solo... conduje el camino.
__ ¿Que ganaste, Alma? - la encaré. - ¿Que ganas al querer matarme?
__ No quiero matarte. - recalcó. - Lo único que quiero es que dejes de portarte como una inocente persona a la cual todo mundo le debe tener lást