Una Casamentera para el Magnate
Una Casamentera para el Magnate
Por: Nelsy Díaz
Capítulo 1

Tej Burton.

¿Quién es Tej Burton? eso decía la pregunta del formulario a llenar para un sitio de búsquedas de pareja. Defínelo tú, coloqué como respuesta.

¿Que busca en una pareja? no podía ser cierto que hubieran preguntas tan...

Responsabilidad, motivación, que piense como yo, fue mi contestación.

__ ¿Que aspiraciones tengo? - leí en voz alta. "Todo lo que he deseado lo he logrado".

No era la mejor forma de contestar, pero no estaba hablando con nadie real, esperé.

Estaba diciendo la verdad. Me convertí en uno de aquellos que tanto admiré confirmando que si te propones algo lo puedes cumplir.

Logré tener uno de los nombres que la ciudad entera podía decir y saber de quién se trataba.

Perteneciente a uno del grupo que más dio de qué hablar los años recientes por los sucesos de sus matrimonios.

Mis amigos se casaron, dejándome de entre los tres como el único que sobresalía por motivos equivocados.

Por ello me puse a pensar ¿que tengo yo?

Un nombre reconocido. Una familia que considerando a todos ya es muy extensa...pero no algo netamente mío.

No tenía una casa donde me recibieran por ser solo yo y extrañarme.

Así que viendo la página de una compañía dedicada a emparejar personas, no de citas a ciegas sino conociéndose y hacer ver errores y aciertos del otro, los cuales si las cosas salían bien, consolidarían una pareja más. Un éxito para sus socias.

Uno de mis amigos había puesto esa tarjeta en mi mano, varios más me la recomendaron, por eso revisé la página y puse mis datos realizando un pago adelantado como lo requería.

Ingresé los datos de mi tarjeta y le di click en realizar el pago módico, me repetí que no tenía nada que hacer. Ademas de ser el fin de semana y Alma no había podido venir, buscaría otros planes.

Terminé la inscripción y me alejé de la MacBook para llenar la taza con café pensando en la estupidez que acababa de hacer. Realizar un pago para que busquen una cita para mí. Nada mas absurdo que eso, pero ahí estaba, Tej Burton, "un soltero codiciado" esperando en una lista que según sus datos no tardaría mas de dos horas en ser contactado.

Cuando un correo llegó a mi bandeja de entrada, me senté para leer el asunto y el remitente, un correo donde se especificaba que debía llegar a sus instalaciones esa tarde. Una hora para crear un perfil donde tendría algunos datos mas precisos de lo que buscaba realmente. Así la busqueda sería mas rápido.

Miré el reloj, viendo que faltaba una hora y conociendo la dirección llegaría en veinte minutos a ese lugar. Por lo que confirmé mi asistencia, me di un baño y me vestí para la ocasión.

George me preguntaba por la salida que había propuesto para la noche, por lo que solo contesté su mensaje y salí rumbo a ese sitio. Me gustaba la puntualidad, que alguien llegara tarde era un descarte por completo en mi agenda.

Conduje tranquilamente, tomando la llamada del nuevo caso que cayó en mis manos. Una custodia de una infante. No eran mis favoritos, pero tampoco resultaban complicados.

Me detuve en el semáforo como lo indicó la luz roja, aprovechando para buscar el auricular y evitar usar el movil de nuevo, vi al frente, la luz no cambió aún por lo que traté de sacarlo del compartimento siendo sacudido por un impacto que me impulsó hacia adelante de forma abrupta. Mi mano se movió tocando algo con punta que se incrustó en la palma.

Saque el tornillo y lo dejé caer mientras vi como del orificio emanó la sangre que tuve que presionar con una toalla de papel para no manchar el traje.

Gente imprudente, farfullé.

Me quité el cinturón con rapidez, salí del auto viendo como el auto azul atrás del mío no frenó a tiempo y le hizo una abolladura horrenda a mi vehículo. Maldije para mis adentros.

__ Lo lamento. Te juro que no era mi intención. - se apresuró a decir una mujer con la camisa desencajada de la falda, como si quisiera vestirse lo más rápido posible dentro del auto. - ¡Ay, por dios! Voy a pagarlo, te lo prometo.

__ Por supuesto que lo va a pagar. - dictaminé. - ¿Ya vio lo que su imprudencia causó? ¡Maldita sea! - mascullé viendo la zona afectada.

__ Le daré mi número del seguro. Pagaré el...

__ Pagará todo lo que le hagan a mi auto. - le quité la tarjeta que me entregó de mala manera. - Tal vez así deja de conducir como si el mundo tiene que hacerse a un lado cuando pasa.

__ Tampoco me insulte. - se mostró ofendida. - Le estoy pagando. Eso debería ser suficiente para que se calme. El dinero no saldrá de bolsillo.

__ Me molesto por su irresponsabilidad al volante. Puede fácilmente tener un accidente con un peatón. - la regañé.

__ Puede que tenga razón, pero esos no son los modos. - peleó enojada también. Pellizcó el puente de su nariz y me miró con molestia.- ¿Sabe qué? Ahi están mis datos. Contácteme de ser necesario...

__ Llevo prisa. Solo por eso se salva de una denuncia por irresponsabilidad al volante. - observo mi reloj. - Hágase a un lado, señorita.

Dejé la toalla con sangre en sus manos y abordé el vehículo de nuevo. Me encargaría luego de eso.

__ Gente como esa es la que nadie quiere como cliente. - murmuró. No iba a discutir con ella. Ni sabía quién era para seguirle prestando atención.

Dejé el movil de lado y aceleré hasta detenerme en una gasolinera donde entré al baño para mojar mi mano ensangrentada para no dar una mala imagen por culpa de otros. Por primera vez iba tres minutos tarde.

Terminé de llegar al lugar, con paredes blancas tal cual una clinica médica, pero en lugar de póster de medicina, habían imágenes con consejos para coqueteos.

Arreglé mi imagen, vi la puerta donde el apellido de quien me recibiría estaba escrito.

Aclaré mi voz. Golpeé la madera y una luz con una luz verde se encendió. Eso significó wue podía pasar, supuse.

__ Una disculpa por mi retraso, pero tuve un...

Me quedé inmóvil al ver a quien tenía al frente. "Esto tiene que ser una broma", pensé

__ No puede ser. - dijimos al mismo tiempo.

Las jugadas del destino eran retorcidas, porque solo eso explicó el que tuviera a la irresponsable que me chocó sentada detrás del escritorio con la misma mirada incrédula que yo.

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