Eran las 10:30 p.m. cuando llegamos a Mc Donalds y yo era como una niña vertiginosa a la que acababan de darle chocolate por primera vez.

-¿Qué quieres? -Andrew fue interrogado mientras bajaba por la ventana y apoyaba el brazo contra el borde del marco de la ventana del coche.

-Alitas de pollo -murmuré mientras miraba a mis pies. Pidió la comida y la recogió del drive. Sostuve la comida mientras se detenía en un aparcamiento bastante vacío.

Andrew se bajé del coche y me dio una sonrisa traviesa antes de subir al parachoques del coche. Ni siquiera cuestioné lo que estaba haciendo, sino que solo lo vi. Lo vi subir a su coche hasta que solo pude escuchar sus pesados pasos en el techo del coche.

Ahora era