-Hola Dante -sonreí feliz mientras me sentaba a su lado, pero acabo de recibir una mirada sombría a cambio. Me había olvidado de lo que le había pasado el otro día-. Lo siento -pronuncié finalmente rompiendo el minuto de silencio entre nosotros. Dante finalmente levantó la vista.
-Lo siento, es culpa mía, no tuya -Dante suspiró frotándose la frente estresado-. Estoy enfadado porque saliste de eso y ella no pudo -Dante me miró, pude ver el dolor en sus ojos.
-Casi no lo hice -le mostré mi vendaje en mi cuello desde donde Andrew había puesto el cuchillo.
-Sabía que no lo haría -Dante puso los ojos en blanco con tristeza.
-¿Por qué? -dije porque que casi