Capitulo 2

Matthew Jones.

Las voces de mi cabeza no me dejan en paz, atormentan cada pensamiento que se me ocurre. Sus voces solo son espantados por los hermosos ojos grises de mi amada Emma. Las voces gritan que todo va acabar, que ya nada será como antes y yo sé que es cierto. Todo se va a acabar...

No volveré a ver a mi hijo ni a mi esposa, todo se fue al demonio y solo espero a que vengan por mí y no por mi familia. He hecho hasta lo impensable en estos años para mantenerlos a salvo pero no sé si sea suficiente. 

Veo el atardecer a través de la ventana de mi oficina y una nostalgia cubre mi corazón, mis ojos demuestran la opresión que siento en mi pecho al brotar unas lágrimas de ellos. No entiendo ¿Cómo puede acabarse así tan rápido mi felicidad? 

Lloré, lloré mucho. Cuando volví en si ya había pasado una hora, no me puedo detener necesito dejar todo listo aún no sé quién se hará cargo de mis negocios y protegerá a mi familia. No puedo confiar en nadie ahora solo en mi mujer y no está preparada, ella jamás podría hacer lo que yo hago.

Una rabia profunda cega mi mente, mi respiración se vuelve entre cortada, la voz... 

La voz vuelve...

No, no puede ser ¡No! Tantos años de terapia y medicamentos, tantas inyecciones para no volver a escuchar las voces, no ahora. 

No ahora Dios... No te he pedido nada pero no me dejes caer.

Mi respiración se vuelve entrecortada, desato el nudo de mi corbata ya siento que me ahorca, camino por la oficina dando vueltas y sudando a borbotones, las voces me empiezan a susurrar lo peor, lo que hace años no escuchaba ¡No quiero volver! 

«...¡Mata!... ¡Vamos, se un hombre!... ¿Eres tan cobarde como para dejar que maten a tu mujer y tu hijo? Pedazo de basura...»

No puedo más, necesito salir de aquí.

—¡Salvatore! —Grite a todo pulmón —¡Salvatore, m*****a sea!

Entro casi de inmediato corriendo por la puerta con arma en mano por la puerta abriendo su camino con una patada.

—¡Si, señor! ¿Que ocurre? —Noto su rostro de extrañeza ¿Por que carajos me mira así? 

—¿Que m****a me ves? Necesito salir, pon tu equipo en vigilancia de Emma y de Mateo, tu y yo saldremos con 3 hombres más —Ordene mientras secaba el sudor de mi rostro.

—Lo que pasa señor... Su rostro está completamente rojo e igual sus ojos, está muy sudado y tembloroso ¿Esta usted bien? —No se porque su respuesta me enojo tanto, su forma de hablar suena burlona ¿Se burla de mi? 

—¿Que m****a hablas, Salvatore? Habla bien, sin tus m****as formales — Sonrió ladino ante mis palabras de reprimenda pero aún la voz me chillaba en el oído, todo se volvió tan tormentoso.

—Vale, vale Señor rabia, hable ¿Que quieres hacer? 

—Esta m****a se salió de control Salvatore, ya no se qué hacer ¡Mi familia está en peligro! No le puedo decir a Emma se volvería loca si lo supiera. Yo Salvatore... Tengo que hacer lo necesario... —Su mirada de desaprobación no se hizo esperar.

—No —¿Que?

—¿Cómo que no? ¡Es mi familia Salvatore! —Mi pecho se oprime hasta costarme respirar, mi vista se nubla por mis ojos llorosos, un dolor recorre mis extremidades y me siento desfallecer, no logro evitar soltar un jadeo de dolor —¡Mierda y más m****a!

—¡Matthew! ¿Que tienes? —Salvatore llega a mi rescate antes de que caiga al suelo, me apoyo en sus hombros mientras intento recobrar aliento —Te voy a sentar y voy a llamar por ayuda, vamos a la clínica.

—¡No! —Mi garganta se encuentra totalmente seca por lo que me cuesta mucho hablar —No lo hagas, ya sería mi tercer ingreso en los 6 últimos 6 meses... No quiero alarmar a Emma.

—Uno de mis muchachos es enfermo, deja que lo llame por lo menos, Matthew... —Su voz de preocupación me hacen entender lo jodido que me debo de ver.

—Esta bien, sin que Emma ni nadie se entere —Me ayudo a sentarme y tomo su celular e hizo una llamada.

Estoy jodido... Estoy hundido en la m****a, Emma me hizo ablandar, ya no me temen porque he dejado de imponer mi voluntad, esto es una mafia no un negocio familiar de poca monta.

Esto es una crisis, mi hermano y el maldito de mi padre se han unido para quitarme el negocio y cuando lo logren y no estén mataran a mi mujer y a mi hijo.

Se hicieron aliados de todas las personas a las que le he hecho daño y no hay forma de detenerlos, todos los que un día me temieron ahora consiguieron una forma de escalar y derrocar mi poder, son unas ratas escalando por las alcantarillas hasta lo alto de la torre, esta m****a está jodida.

Salvatore me saca de mis pensamientos con sus palabras estúpidas y unos chistes de pacotilla.

—Hey vamos, anímate que estarás bien, ya llego mi muchacho —Entra un joven entre 20-25.

—Señor, estoy aquí para lo que necesites —Se dirige hacia a mí.

—Yo no te llame, fue Salvatore —El joven ve a Salvatore confundido y Salvatore me mira raro a mí.

—El señor Jones claramente necesita de tu asistencia como enfermero, no puede ni respirar bien —El chico asiente y se acerca a mi.

—Señor ¿Me permite examinarlo? —No puedo evitar emitir un quejido de dolor al mover mi brazo, creo que me golpee con algo —¿Le duele el brazo? 

—Si, creo que me di un golpe —Asintió y de forma rápida me examinó.

Después de unos minutos salió en busca de un botiquín, el ambiente se sentía pesado y melancólico, solté un pesado suspiro y Salvatore me imitó.

—Matthew ¿Estarás bien? —Pregunto como si esperará que mi respuesta fuera positiva.

—No lo sé... La verdad se que va a pasar, quizás maten a mi hijo y me dejen vivo a mi, no puedo permitir eso... Si Emma se entera... —Salvatore baja la cabeza.

—¿Has pensado que va a pasar con Emma y tu hijo después de tu muerte? ¿A donde van a parar? —Esa pregunta es la que menos he querido hacerme y me rompe el corazón saber que no voy a estar para cuidar a mi pequeña angel y nuestro hijo —Dios, Matthew; Nunca te había visto tan mal, esta situación te pone terrible.

—Si... Pero por ahora tengo que saber quien se va a encargar de mi familia y sin que mi familia se entere... 

Tocan la puerta suavemente y di señal de que pasen pensando que era el joven antes mencionado, pero no, era mi niño, mi Mateo.

—Padre... Ya es hora de dormir y aún sigues aquí, no puedo dormir sin que me des las buenas noches y lo sabes —Su cara adormilada y su expresión de un enojo leve acelera mi corazón de una forma tan tierna, detrás de él entra mi Emma, con su cabello largo rozando sus caderas en un vestido de satín blanco como si de un angel se tratara, ella es mi ángel. Ojala ese angel me salve, su rostro está fruncido y su mirada está perdida, sus manos tiemblan y no puedo evitar sentir preocupación, me levanto de mi sillón rápido a acercarme a ella y antes de hablar su mano me detiene.

—Tu padre y yo te vamos a acostar, tranquilo Mateo —Su voz dulce y su mirada con la que le habla a Mateo es tan linda, se voltea a ver a Salvatore y todo cambia —Espera a Matthew aquí y siguen en lo de ustedes, no vamos a tardar.

Salvatore asiente y yo sigo sin decir nada, solo tomo su mano y la de mi hijo al otro lado y subimos por la larga escalera por la oscuridad de la casa en horas nocturnas, el ambiente se siente triste y tenso, sin notarlo unas lágrimas bajan por mi mejilla y las limpio rápidamente.

Quizás esta sea la última vez que camine de la mano con mi familia...

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo