Al día siguiente fui a ver al rebelde antes de que su madre despertase – hola gatito, lamento mucho el problema de ayer… ¿Cómo te sientes? – no sabía como reaccionar, me senté en la silla de invitados y mire hacia la ventana… no tenía el valor para mirarlo considerando que debí acompañarlo
El sencillamente rio – calma no es su culpa, realmente es lindo que me haya salvado – sujeto mi mano con cuidado – cualquier otro me hubiera dejado morir por inmediatamente a manos de ellos sin cuestionar –
Al oír aquello me atreví a mirarlo por fin – no lo creo… tu hermana y madre darían todo por protegerte –
Apretó con su mayor fuerza mi mano – no lo harían, mi hermana diría que soy débil y mi madre se petrificaría –
Reí ante eso – créeme tu madre no se petri