Óscar inhaló profundo, se quedó pensativo, entonces supo que había que poner manos a la obra y hacer algo especial, para su esposa.
Samantha colocó su mano en la cerradura, estaba por salir de la alcoba, inhaló profundo y giró para regresar hacia donde estaba Óscar, entonces lo abrazó con fuerza.
—Lo lamento, sé qué haces todo porque estemos bien, y te lo agradezco —susurró—, antes de arreglar la habitación de nuestro bebé, debemos enterarnos si será niño o niña —propuso, y le acarició la mejilla—. Sos el amor de mi vida —declaró sin dejar de reflejarse en los ojos de él.
Óscar ladeó los labios y sonrió.
—No hay nada que disculpar —expresó—. Somos un equipo y estamos para apoyarnos —indicó— y la cubrió con sus brazos—. Hagamos una apuesta con Gabo y Pau para ver que opinan sobre lo que será. También con Lolita y Emma—, cuando lo sepamos nos reuniremos para comunicarles el sexo de nuestro hijo —sugirió intentando animarla, un poco.
Sam inhaló profundo, ladeó los labios.
—Es una buen