Capítulo 123
Laika

Jugueteé con los lazos de sus pantalones y, en un santiamén, su polla me estaba mirando. Jadeó y yo tragué saliva. Incluso después de tenerlo entre mis muslos y consumirlo, seguía sorprendiéndome el monstruo. Karim era un maestro en todas las ramificaciones. Me incliné hacia delante y le pasé la lengua por los huevos.

Luego lamí hasta su polla, trazando su áspera vena hasta la punta. Oí a Karim soltar un leve zumbido de satisfacción. Seguí provocándole, girando la lengua alrededor de la cabeza, cubriéndola con mi saliva. Luego, sorbí su semen. Ahora se agarraba el pelo con las manos. Karim sabía cómo provocarme y hacerme suplicar más. Era mi turno de provocarle.

Después de pasarle la lengua por el tope, le besé el tronco hasta llegar a los huevos. Se los chupé mientras le acariciaba la polla con la mano. Estaba durísimo y la fricción era fácil gracias a su semen.

"Laika", gritó sin aliento.

Su cuerpo se estremecía mientras yo lo complacía. Era alarmante que este hombre corpu
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