El anochecer llegó, Sergio despertó, después de un intenso y apasionante día, vio dormir a Nohelia, y se maldecía internamente por haber perdido mucho tiempo lejos de ella, haberse perdido el embarazo de su hijo, pero ahora estaba dispuesto a luchar para mantenerla junto a él.
Acarició su cabello y delineó su rostro, besó su frente y ella empezó a removerse en su lugar.
—¡Mmm! Un poquito mas, tengo mucho sueño. —habló con voz ronca y siguió con los ojos cerrados.
—Vamos dormilona, despierta tenemos que ir por nuestros pequeños
—¡Mmm! Están con sus abuelos, ellos están felices de cuidar a sus nietos.
—¿Abuelos? ¿De qué hablas mi vida? ¿Mis padres están aquí?
Nohelia terminó de despertar y se sentó en la cama cubriendo sus pechos. Sergio la miró sin entender sus palabras.
—¿De que abuelos hablas mi amor?
—Mi madre, y mi verdadero padre.
—¿Tu verdadero padre?
—Si, mi verdadero padre es Noah Manccini.
—¿El hombre que te secuestró para que aparezca Nikolay Shevchenko?
—El mismo, la muje