Cuando Alexander ingreso a la habitacion, Selena estaba recostada en la cama, fingiendo dormir.
El millonario, con rostro palido y algo demacrado, avanzo por la habitacion hasta detenerse junto a ella, tomando asiento a su lado.
—Se llama Alessa, es mi secretaria—dijo el en tono bajo, notando que la bella prostituta en verdad no estaba durmiendo.
Con sus ojos aun cerrados, sin querer mirarlo, ella simplemente dijo:
—No quiero saber, no me interesa saber de tu relacion con ella—su tono era aspero y algo agresivo.
Alexander trago duro, mientras el dolor se hacia carne en su mirada verde esmeralda.