I

⸻Gracias... ⸻me susurra

La ignoro y me pongo de pie, observando el tranquilo río que debía ser mi tumba

Todo se había arruinado por su culpa. Por un momento me sentí libre, amo y señor de mi existencia ya sentenciada. Los pensamientos y sentimientos habían abandonado mi ser y llevados a un plano donde sus obligaciones no son necesarias ni deseadas. Me habían abrazado con ternura los brazos de la muerte a los cuales recibí con agrado y aprecio, deseoso de dejarme llevar por ellos. Ahora, sin embargo, todo volvía a ser como antes. Volvía a ser consiente de mi existencia y el sin sentido que representa. Ese momento de plenitud y determinación se había ido. Todo por culpa de ella.

⸻¿No te enseñaron modales? ⸻Interrumpe mis pensamientos y me extiende su mano para que la ayude a levantarse. Lo hago, sin prestarle mucha atención a sus palabras⸻ Al menos evité que saltaras

⸻Y casi caes en el intento.

⸻Valió la pena ⸻sacude su vestido y me mira. Aún no sé si sonríe o no⸻ ¿Vas a subir para que comencemos la escena de nuevo o ya decidiste mejor dejarlo para otro día?

¿Qué le pasa a esta mujer? Tratando de adoptar su actitud tranquila, le respondo:

⸻Lo dejaré para otro día, cuando no haya una desconocida molestando.

⸻Me parece bien. Te respondería lo de "molesta", pero mi mamá me enseñó a no molestar locos cerca de un puente.

⸻Una mujer muy sabia, sin duda ⸻Le comento, pensando en las repentinas ganas de arrojarla a ella por el borde en vez de a mí.

⸻Lo es, lo es ⸻Y como si se hubiese quedado sin comentarios, pregunta:⸻ Y bien, señor loco ¿Puedo preguntarte cómo te irás de aquí? No veo ningún auto cerca

⸻Pues...

⸻¿Cómo llegaste?

Al decidir venir, llamé a un taxi para que me dejara en la orilla del puente. El taxista, obediente, me trajo sin reparo, no sin verme cómo si estuviera loco por pedirle tan extraño destino. Al llegar, por un mero impulso, arrojé mi móvil al río, seguro de no volver a necesitarlo jamás. No puedo creer lo idiota que me siento.

⸻¿Cómo viniste tú? - Le pregunto para disimular.

⸻En mi auto ⸻Responde señalando a sus espaldas donde un pequeño Aveo la espera reposando⸻. Por tu cara, parece que no tienes como irte. Ven conmigo, puedo llevarte a donde quieras.

⸻No gracias.

⸻¿Sabes? No pareces que tengas muchas opciones.

Acepto resignado, pues tiene razón. Tras un susurrante agradecimiento nos encaminamos a su auto. A pesar de estar tan cerca, el incomodo silencio hace que cada paso se eterno y los metros se conviertan en kilómetros.

⸻Me detuve a recoger algo que se me cayó detrás del asiento, ahí fue cuando te vi en la orilla del puente. Intente llamarte e incluso hacerte señas con las luces, pero estabas como... Hipnotizado. Cuando entendí lo que hacías decidí acercarme.

Por un momento creo que espera un agradecimiento, el cual jamás llega.

Al llegar al auto enciende las luces, por primera vez en la noche logro verla con claridad.

"Es bonita" es el primer pensamiento que cruza por mi mente. Su cabello es largo, liso y tan oscuro como sus ojos, y cae con suavidad cubriendo su espalda. Su piel es morena y combina con su vestido rosado oscuro. Sus labios finos muestran una pequeña sonrisa y captan mi atención. Sí, es muy bonita.

Me quedo observándola con gesto embobado, sin saber porqué. Ella se da cuenta y me dirige una sonrisa acompañada de una mirada divertida. Desvío la mirada y siento el rubor en mis mejillas, rogando por que no se note en la oscuridad de la noche.

Sin ceremonias subimos al auto. Tras dirigirme una última sonrisa enciende la marcha y nos adentramos en la carretera. Por el retrovisor noto con extraña nostalgia como nos alejamos del puente que creí sería mi última parada.

⸻Aún no me has dicho tu nombre.

⸻Este... Johan.

⸻Un placer Johan ⸻Tras un silencio, añade⸻ Te llevaré hasta tu casa, pero primero necesito que me acompañes a un lugar.

⸻¿Adónde?

⸻Es una pequeña parada, no nos tomará mucho tiempo.

Me sonríe con amabilidad, pero eso no disminuye la llama de desconfianza que amenaza con encenderse en mi interior. "Paranoico" me digo a mi mismo. Pero no veo razones para confiar en la desconocida. Bien podría pensar que estoy loco y llevarme a alguna psiquiatra, o verme como alguien peligroso y llevarme ante la policía. Su destino, sea cual sea, es inútil, y así se lo demostraré llegado el momento.

⸻Háblame de ti.

⸻Pues... ¿Qué quieres saber?

⸻Debes ser algo más que un loco en un puente. ¿dónde trabajas?

⸻En una ferretería. Soy dueño de una en el centro la ciudad.

⸻Nada mal, nada mal. ¿Tú la abriste?

⸻No. Mis padres lo hicieron cuando nací y me la legaron al morir.

⸻Ah... Lo siento.

Otro incomodo silencio, tristemente interrumpido por ella.

⸻Yo soy profesional en Publicidad y Marketing ⸻Añade con un tono más alegre⸻ trabajo para una empresa de fármacos en la ciudad. Gambes, tal vez la conozcas. Me encargo de gerenciarla, de dirigir los métodos publicitarios, también como asesora financiera y cosas así. Son muchas labores, pero adoro mi trabajo.

⸻Sí, se nota.

⸻¿Por qué lo dices?

⸻Por nada, simplemente se nota que te gusta.

⸻Sí, bueno, a todos les debería gustar su trabajo, sino ¿por qué hacerlo?

⸻Porque algunos no tienen la preparación para hacer algo más, o la oportunidad de hacer lo que quieren. O simplemente no tienen otra elección que resignarse al trabajo que consigan.

⸻Por como lo dices, debe ser tu caso.

Al no dignarme a responder su comentario, ella insiste preguntando.

⸻¿Por qué trabajas en la ferretería si no quieres? Podrías buscar otro empleo

⸻Fue la ferretería de mis padres

⸻Pero podrías alquilarla, o conseguir a algún trabajador que te ayude.

⸻No tengo dinero para pagarle a alguien

⸻Alquílala

⸻No

⸻¿Estudiaste en la universidad? ¿O al menos sabes que te gustaría estudiar?

⸻Eso ya no importa.

⸻Pero...

⸻Es la ferretería de mis padres - Dicto deseando finalizar tan molesta conversación

¿Quién se creía ella dando opiniones y sugerencias no deseadas? Que administre a su empresa, no a mí. La poca comodidad que llegué a sentir a su lado se desvanece como el humo en la noche, dejando una sombra de molestia e irritación. Deseaba más que en otro momento regresar a casa. Solo entonces me doy cuenta de algo.

⸻¿Adónde vamos?

Recorremos la autopista con el océano a nuestra derecha. Las olas pasivas reflejaban el resplandor de la Luna en cada movimiento, como vistiéndose de un elegante manto plateado. A lo lejos en la carretera se vislumbran unas luces de colores rompiendo la quebrantada noche y opacando el brillar de las estrellas. No eran las luces de la ciudad, pues ésta queda a nuestras espaldas; vamos en dirección contraria.

⸻Ya te dije que me debes acompañar primero a un lugar

⸻Pero no me dijiste adonde

⸻Espera y ya, loco impaciente.

Los minutos pasan y nos acercamos a las luces que se van definiendo a cada metro.

Son dos instalaciones diferentes. La más cercana es un parque de diversiones ubicado en un muelle a orillas del mar; al parecer también posee su propio circo el cual instaló en un espacio libre junto al parque, supongo que para atraer la misma clientela. La segunda instalación es una sucesión de almacenes y talleres pertenecientes a diversas empresas. Ahí debe dirigirse Ángela.

Ignorando los almacenes observo el parque. Recuerdo cuando de pequeño mis padres me traían en uno de esos largos y divertidos fines de semanas dedicados a la familia. Recuerdo el miedo a las grandes atracciones cuando era tan solo un crío, y luego el miedo fue reemplazado por temeridad al llegar a la adolescencia, creyendo que ninguna atracción era lo suficientemente peligrosa o arriesgada, solo para al final vomitar en el basurero más cercano. Sí. Recuerdo todos esos momentos de una época cuya inocencia ya está pérdida, cuando las saladas lágrimas eran producto de pesares menores y reemplazadas por sonrisas en cualquier momento. Cuando los días transcurrían a gran velocidad y volaban entre las nubes de sueños, esperanzas y promesas. Cuando las fechas en los calendarios tenían algún sentido. Sí. Increíblemente, aún lo recuerdo.

Los años pasaron y fue más difícil acercarse de nuevo al parque con ansias de nostalgia. Debido a la alta criminalidad de la zona, autobuses y taxis decidieron decirle adiós a esta ruta para jamás volver, dejando como consecuencia que solo aquellas privilegiadas familias con autos pudieran visitar el parque, y ese no era nuestro caso. Sé que afectó la economía del anciano lugar; con menos clientes vienen menos ganancias, y con menos ganancias se desmejoraron las atracciones y la seguridad, provocando varios incidentes en los que más de un pequeño salió herido. No fueron pocas las quejas y las demandas que tuvieron que sufrir, más cuando la última gota derramó un vaso debido a la primera muerte de una adolescente víctima de un juego averiado. El parque estuvo cerrado por años y sólo fue abierto hace poco, entre críticas y comentarios desconfiados. No son muchos los que lo visitan en la actualidad.

Evito seguir perdiéndome en el abismo de lejanos recuerdos y redirijo mi atención a los almacenes, preguntándome que labor desempeñará Ángela en tal lugar. Para mi sorpresa reduce lentamente la velocidad desviándose del camino para detenerse no en los almacenes, sino en el olvidado parque que brilla con su deteriorado esplendor.

⸻Vamos ⸻Me dice al detenernos en el estacionamiento y se baja del auto, en dirección a la entrada.

La sigo con un poco de curiosidad.

⸻¿Qué tienes que hacer aquí?

⸻Pues vamos a divertirnos un poco en el parque.

⸻Tiene que ser un chiste...

Capté su mirada. No era un chiste.

⸻No estoy de ánimos para juegos, muchos menos de un oxidado parque de atracciones. Si quieres entrar, bien, pero yo me iré.

⸻ ¿Ah sí? ¿y cómo lo harás? Te puedes ir caminando claro, de seguro llegas algún día. O puedes pedirle a un loco que te lleve. Seguro te queda alguna parte de tu cuerpo sin mutilar para cuando llegues.

⸻Claro, porque Jack el destripador trabaja en el parque y regresa a la ciudad de noche.

⸻No te estoy pidiendo mucho, sólo que nos divirtamos un poco ¿eso es tan malo?

De repente la idea de encontrarme con el buen Jacky no parece tan mala.

⸻Me la debes por salvarte ⸻suelta de la nada.

⸻¿¡Qué!? ¡Tú no me salvaste! ⸻respondo.

⸻Estarías aún en ese puente, o debajo de él

⸻Nadie te pidió que hicieras nada.

⸻Lo hice porqué quise, y lo único que te pido, es un momento de paz. Si después de que salgamos del parque aún quieres lanzarte del puente, bien, yo misma te llevare y si quieres te empujo.

⸻Tienes unos métodos de persuasión muy extraños.

⸻Una mujer no suele ser quien le ruega así a un hombre ¿sabes?

⸻Pues se nota que eres una mujer especial.

⸻Gracias ⸻dice con una radiante sonrisa. Aunque yo no estoy muy seguro de haberlo dicho como un cumplido⸻. ¿Entonces...?

Miro a mi alrededor comprendiendo que no tengo muchas opciones, estoy atado a esta mujer por lo que resta de la noche. Hago un gesto de afirmación y su sonrisa se amplía. Por un momento siento el impulso de devolverle la sonrisa, pero algo me detiene y decido mantener el semblante. Tal vez eso sea lo mejor, esto puede ser una larga noche.

⸻Espera aquí mientras hago una llamada ⸻se aleja sin dirección fija y saca el teléfono.

Mientras la espero me encamino a la entrada, en ella una larga fila de personas de todas las edades esperan su turno para pagar el ticket y entrar al supuesto divertido mundo que se esconde tras las puertas.

Una pareja de jóvenes se besa mientras son vistos con reproches por una mujer mayor y sus hijos; un pequeño niño habla sin parar con su abuelo, emocionado por la pronta entrada; un grupo de niños ríen sin control a mitad de la fila, empujándose unos a otros con gestos traviesos. La clientela habitual en un día habitual. Familias se reúnen en cada extremo de la fila, algunos sonríen, otros no tanto. En un intento de escapar de la monotonía acuden a este lugar, pero de nada sirve traer sus cuerpos si su mente sigue en esa ciudad de problemas.

Me uno a la fila detrás de un hombre solitario y Ángela llega poco después.

⸻Ojalá queden entradas para el circo, que suerte que vinimos hoy.

"No me gusta el circo" decimos a la vez. Yo la miro sorprendido; ella me mira divertida.

⸻Sabía que dirías eso, amargado ¿por qué no te gusta el circo?

⸻Nunca fui mucho de pequeño, pero además lo considero muy falso. A los animales no los tratan tan bien como lo hacen en el escenario y no parece muy divertido mostrar un grupo de personas con cualidades extrañas.

Ella me mira un segundo, como si reflexionara, y tras un suspiro responde:

⸻Eres demasiado realista.

En cualquier otro contexto, tomaría eso como un cumplido, pero viniendo de ella...

⸻¿Qué tiene eso de malo?

⸻No se puede ser siempre tan realista. El realismo lleva al pesimismo. La vida necesita de fantasía e imaginación, pues conducen a la esperanza. De la fantasía nacen los sueños, de los sueños nacen las metas y de las metas nacen los logros. De vez en cuando hay que dejarnos llevar por aquello que nuestros ojos no ven ¿entiendes? Volar con la irrealidad y recorrer cielos, montañas y mares. Una vida realista es una vida sin sueños, y una vida sin sueños es como un libro sin letras, una canción sin melodía o una pintura sin color; simplemente no tiene sentido. Se es más feliz cuando se cree en la magia. Como un niño que juega en un parque con una rama simulando que es una espada.

No sé que responder a eso ¿qué se dice ante esta clase de comentarios? Guardo silencio mientras avanza la fila, mas no puedo evitar sentir como sus palabras se deslizan por mi oído hasta llegar a mi psique y acobijarse en mis pensamientos.

La pareja besuqueadora entró, la señora reprochadora entró, los risueños niños entraron. las familias enmascaradas entraron, el hombre solitario entró y finalmente llega nuestro turno. Caí en la cuenta de los modales de caballerismo que creí haber olvidado y antes de darme cuenta estoy pagando la entrada, aliviado de no haber arrojado la cartera también. Ella me dirige una sonrisa que esta vez le correspondo y juntos entramos al parque.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo