El camino a la casa de Jacob resultó ser por completo animado. Ryle cantaba las canciones que se reproducían en el estéreo de manera automática, mientras que Leonidas degustaba la preciosa voz del chico a su costado, como también, la hermosa vista que le causaba el poder presenciar al omega utilizando su chaqueta preferida en años universitarios. Realmente adorable.
— Oye, ¿no crees que eso te queda un poco grande? — Leonidas cuestionó, dándole un pequeño toque en el hombro al más bajo, quien miró de inmediato como las mangas escondían sus manos.
— Creo que me queda muy linda — respondió.
Cuando arribaron a la casa del Enigma, las buenas energías aumentaron mucho más. Jacob bromeando sobre lo encantador que era Ryle y Johanna completamente conmovida de poder conocer a una persona tan increíblemente deliciosa. En la mesa el aire resultaba ser íntegramente divertido; conversaciones aleatorias se desataron mediante los segundos transcurrían, y risas notables resonaban en el comedor. E