—¿Ah?
El súbito giro de los acontecimientos sorprendió a todos.
Especialmente a Carmen, que se quedó petrificada en el acto.
Miró hacia abajo, a la herida sangrante en su pecho, con una mezcla de shock, perplejidad, confusión, miedo e incredulidad en su rostro.
Jamás habría imaginado que recibiría un disparo.
Y mucho menos de manera tan abrupta, sin siquiera un presagio.
Después de estar paralizada por dos segundos, la tardía realización la llevó a soltar un grito agudo, cayendo al suelo de inmediato.
—¡Hay un asesino! ¡Todos al suelo! —Modesto fue el primero en reaccionar, gritando enérgicamente.
Como despertando de un sueño, todos se tiraron rápidamente al suelo.
Al mismo tiempo, varios asesinos enmascarados patearon la puerta y entraron de golpe.
Estos asesinos, armados con pistolas con silenciador, empezaron a disparar a vista sin piedad alguna.
Con una ráfaga de tiros, dos personas cayeron al suelo, alcanzadas por las balas.
—¡A la mierda!
Modesto, furioso, avanzó en lugar de retr