— Oye enana ¿Planeas quedarte ahí sentada toda la tarde? No haces nada más que mirarme. — más que una pregunta parecía ser una queja.
— Hablas como si tú fueras más alto que yo. — bufé.
Max como siempre, tan amable conmigo. Han pasado dos semanas desde que Zack y yo terminamos nuestra relación y mi único refugio en estos momentos es la casa de Max, al salir de clases termino viniendo a su casa, no quiero evitar a Zack pero en estos momentos no es cómo si quisiera verlo.
— Hey Max. — me puse de rodillas en el mueble y me giré para verlo. — ¿Gustas que te ayude a cocinar?
Él me miró con incredulidad, me encogí de hombros creyendo que de nuevo diría algo molesto.
— ¿Quieres que te enseñe a cocinar? — su rostro parecía más relajado y puso una mano en su cintura, no pude evitar reír internamente, parecía una pose algo sexy.
¡No! ¡De nuevo en que estoy pensando! ¡No soy una pervertida!
— Gracias, realmente me gustaría aprender a cocinar ¿No te molesta enseñarme?
— Claro que no, todos estos