James...
Permanezco tumbado en la cama, aún tratando de recuperar el aliento. Las horas pasan y finalmente me quedo dormido. Soy despertado por el sonido de mi celular. Tanteo con las manos para encontrarlo y termino dejándolo caer al suelo.
— ¡Maldición! — murmuro. Abro los ojos y veo dónde cayó. Recojo el celular y es el gerente del hotel llamándome a las cinco de la mañana.
— ¿Aló? ¿Qué desea?
— Lamento llamar a esta hora, pero nos enteramos de que está hospedado aquí en el hotel, y tenemos un cliente antiguo con un problema grave que resolver.
— Adelánteme de qué se trata.
— Tomó una promisoria de quinientos mil dólares en el casino y durante la noche pidió una habitación en el hotel, la presidencial. Ahora bajó diciendo que fue robado por su acompañante y que no tiene dinero para pagar. Además, afirma ser su yerno, a pesar de que le dije que usted no está casado. Insiste en la historia. No puedo creer que ese viejo ya me esté dando problemas.
— Está bien, bajaré allí y lo