Capítulo 44
Helena
Santiago se veía mejor desde que se volvió a rehabilitar y tengo que reconocer, que admiro su fuerza de voluntad para hacerlo por él mismo y por Julieta. Hoy, cuando nuestra hija salga del kínder, él se la iba a llevar para ir a ver a su abuela Esther y a sus tías Clara y Elsa.
–Hola, Helena. No tenías que haber venido tú al kínder, yo me llevaré a Julieta.
Yo tenía mi propia forma de hacer mis cosas, yo tenía una convivencia con Julieta, teníamos reglas y yo me iría a despedir de mi hija a donde fuera, no era por ningún otro motivo.
–Hola, Santiago. Quise venir solo a despedirla, no he olvidado que hoy te llevas a nuestra hija.
–Ya que aún no han salido los niños del kínder, quiero hablarte de algo si tienes tiempo y actitud de escuchar.
Claro que lo iba a escuchar, no tenía caso seguir enojada por algo que no funcionó entre él y yo. Era obvio que él y yo siempre vamos a tener ese nexo que nos une, que se llama Julieta y que es nuestra hija y eso siempre estaría po