La corriente del río se estaba volviendo cada vez más fuerte y difícil de sobrellevar para los lobos. Josh sabe se encuentran muy cerca de uno de los puestos principales de centinelas de su manada, si intentan dejar el río en esos momentos, estarán muertos. Con un último esfuerzo, Josh los guio hacia la parte final de la saliente del río.
Después de unos minutos, alcanzaron la parte final de la saliente del río sin ser detectados por ningún centinela. La adrenalina corría por sus venas mientras se recuperaban del agotamiento. Josh miró a su alrededor para asegurarse de que estaban a salvo y luego se reunió con los demás.
— Estamos cerca, — susurró Josh. — El puesto de centinelas está justo al otro lado. Debemos ser sigilosos para llegar a la zona de abastecimiento sin ser vistos.
Manteniéndose en total silencio, los tres centinelas solo asienten a sus palabras.
Sin perder ni un momento, todos salen de la zona del río y se mueven con sigilo siguiendo a Josh hacia una cueva cercana.