3/DESPUES DEL TRABAJO

KEVIN

Cuando me desperté al tocar la alarma de mi despertador, acaricie las sabanas donde se quedó dormida Lorena sorprendiéndome al ver que estaba completamente solo en la cama, ya que todas las mujeres que me he llevado a la cama las he tenido que echar de mi casa, pero cortésmente claro, me considero todo un caballero, pero con Lorena me sentía distinto, era la mujer perfecta para que engendrara un hijo mio. Me levanté de la cama, me puse unos pantalones de chándal, y me fui a buscarla creyendo que estaba en la cocina, pero no, yo estaba solo en mi casa, así que me duche, me vesti, me prepare un café y cuando ya me lo tome, cogi las llaves de mi casa y de mi coche marchandome de mi casa hacia mi empresa.

— Buenos días señor Miller — me dijo mi secretaria cuando iba a entrar en mi despacho

— Buenos días Catalina, dígale a Mario que necesito verlo urgente — le respondí

Abri mi ordenador, saque de los cajones los documentos que tenía que revisar, viendo a mi amigo Mario entrar por la puerta de mi despacho muy sonriente

— Buenos días Kevin, ¿qué tal la noche con Lorena? por tu cara veo que fue sensacional — me dijo Mario

— Es la mujer perfecta para que me de un hijo Mario, atenta, simpática, educada ¿sabes por casualidad donde vive o donde trabaja? — le pregunté

— No lo sé seguro, pero si quieres le puedo preguntar a su amiga Bianca, anoche conectamos muy bien ella y yo, aunque yo como tu, no nos imagino casados — dijo Mario riendo los dos

— Yo no quiero casarme ya lo sabes, no es lo mio, pero esa mujer siento que es especial y sería perfecta para mi propósito, que me de un heredero para ser el próximo presidente de esta empresa  — le dije a Mario

— Eso si tu hermano Liam no se te adelanta, ya sabes lo conquistador que es — me contestó

Después de comer, me vestí, cogi mi bolso y las llaves de mi coche, marchandome de mi casa hacia el hospital, encontrándome cuando ya aparqué mi vehículo en el parking e iba a entrar en el hospital  con mis dos amigas, Bianca y Melody.

— Buenos días Lorena, estamos deseando que nos cuentes que tal te fue con ese tal Kevin — me dijo Bianca

— Bueno fue una noche estupenda, pero recordar que estoy casada — les respondí

— Pero una canita al aire a nadie le va nada mal ¿verdad? — me dijo mi amiga Bianca, riéndonos las tres mientras íbamos a los vestuarios para cambiarnos de ropa

Después de quitarnos la ropa y ponernos los uniformes, nos marchamos hacia recepción buscando a la supervisora, para que nos diera nuestro plan de trabajo.

— Buenas tardes señoritas, Bianca tu iras a la planta tres, el doctor Meyers necesita ayuda, Lorena tu te quedaras en tu planta, hay pacientes que solo tu conoces y tu Melody, ves a urgencias, esto es todo niñas — nos dijo la jefa

Cada una nos marchamos a donde nos mando nuestra supervisora, quedando las tres en la cafetería para almorzar y contarnos cada una, como lo pasamos la noche anterior con los tres desconocidos que conocimos en aquel club. La tarde se me hizo muy corta por lo menos a mi, cuando me di cuenta de la hora que era, me marché hacia la cafetería ya que tenía mucha hambre viendo sentadas ya en las sillas que habían alrededor de una mesa a mis dos amigas, sentándome a lado de ellas.

— Bueno ¿qué tal? he deciros que yo con Mario congenie de maravilla, pero dinos Lorena ¿como es Kevin en la cama? cuenta anda — me dijo Bianca

— Mejor que con Erik, madre mia es una fiera, lastima que ya no vuelva a verlo, aunque tampoco quiero ya sabéis que soy muy feliz en mi matrimonio — les conteste

Estuvimos cenando la media hora que teniamos, contando nuestras historias, con esos hombres y riendo mientras cenábamos, marchandonos después a nuestros puestos de trabajo. A la hora de marcharnos, salimos las tres de los vestuarios donde nos cambiamos de ropa, ya en la entrada del hospital, salimos a la calle, despidiendonos las tres ya que Bianca y Melody se marchaban con el coche de una de ellas, mientras yo me acerque a mi coche, cuando ya había abierto la puerta de mi vehiculo, me quede inmovil al ver a mi lado al hombre que me volvió completamente loca de placer, la noche anterior

— Buenas noches Lorena, te fuistes esta mañana de mi casa sin despedirte de mí — me dijo Kevin

— Lo siento, no quería despertarte, pero oye ¿dime cómo me has encontrado? que yo me acuerde anoche no hablamos mucho tu y yo — le respondí

— No, la verdad es que no, creo que los dos estábamos bastante bebidos, pero siempre preguntando se llega a todas partes ¿no?, pues eso es lo que he hecho para encontrarte, preguntar — me dijo sonriendo con esa bonita sonrisa que tenía

— Bueno me tengo que marchar, me alegro de volver a verte — le dije

— ¿Te apetece que cenemos o tomemos una copa? — me preguntó

— No gracias, aunque te lo agradezco mucho, pero estoy muy cansada, adios Kevin — le dije subiendo a mi coche seguidamente

Cuando llegué a mi casa, con el mando del garaje abri la puerta metiendo mi coche dentro, entrando seguidamente a mi casa, viendo a Erik preparando la cena en la cocina, me acerqué a él dándonos un beso suave en los labios.

— Que bien huele, mientras acabas de hacer la cena, me voy a dar una ducha — le dije

— Vale cariño, pero date prisa que la cena ya casi está — me respondió

Entre en el cuarto de baño, me quite la ropa dejándola en el cesto, abri los grifos, metiendome en la ducha, sentí las manos de mi marido en mi cintura segundos después, pero quise rechazarlo, ya que Kevin dejó en mí su esencia y aun sentía sus manos recorriendo mi cuerpo

— ¿Qué te pasa? se que te gusta que te sorprenda cuando te estas duchando — me dijo mi marido

— Es que estoy muy cansada Erik — le dije poniéndome frente a él rodeando su cuello con mis manos, acercando mis labios a los de él

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